19.7.16

Podemos no parece poder. ¿Qué le sucede?

Suena que Podemos está herido de incapacidad, de nula capacidad política para configurar una alternativa sólida, de un proceso degenerativo de liderazgo que les puede llevar a la implosión si esta no se ha producido ya. Entre lo que sabemos, lo que nos dicen y no podemos comprobar, lo que intuimos viendo algunas votaciones y lo que sospechamos, la situación en Podemos es muy complicada y eso es grave.

Podemos era dueño del futuro de la izquierda. Se había ganado la representatividad de la nueva izquierda, pero en pocos meses ha dilapidado todo lo que los ciudadanos les hemos ido dando, no siempre sin regañadientes. La prepotencia, la chulería adolescente, la falta de claridad, las peleas internas y los pellizcos de monja a los compañeros de pupitre, asombras y preocupan. 

Nadie sabe qué papel tiene Errejón o si Monedero está dentro o fuera del futuro. No se sabe si en Cataluña existe Podemos o es otra cosa. Lo mismo podemos decir de Galicia, de Valencia o del País Vasco. No tenemos claro si IU es ya un recuerdo o una posibilidad clara de futuro. Podríamos decir lo mismo de Equo. Pablo Iglesias parecía un activo imprescindible y a veces parece una rémora cuando no un pasivo. 

Tan es así que incluso algunos partidos nacionalistas llamaron -según se dice- al PSOE, para avisarle que lo que se negociaba con el bueno de Errejón no se parecía a lo que deseaba negociar Pablo. Y Errejón era el primer sorprendido. 

La política es complicada. Los fontaneros son una profesión que se cotiza. Pero incluso los fontaneros saben jugar de farol, conocen las reglas y saben pisar el terreno de su trabajo. A lo otro se les llama chapuzas.