8.7.16

Diferentes puertas de salidas para el PSOE

No he querido leer el artículo de Felipe González en El País donde coincide con Mariano Rajoy en que debe gobernar el Partido Popular en España. Realmente para criticar su oportunidad no necesito leer sus líneas, como tampoco las necesito para opinar que a veces los jarrones chinos peligran y que cuando se tienen amigos complicados de presentar en público lo mejor es pedir perdón. Y si no, que se lo pregunten al antiguo Rey.

Que coincidan en las palabras, en las tácticas, en el momento, tanto Mariano como Felipe es sintomático. A mi me hubiera gustado que Felipe hubiera pedido esto mismo a Mariano en marzo cuando su partido, el PSOE, estaba intentando gobernar y necesitaba la abstención del PP que nunca se produjo, que era necesaria, y que nadie se planteó. Nadie incluso ahora dice que la culpa de la segundas elecciones la tuvo el PP por no abstenerse en la votación a Pedro Sánchez. Pero si ahora el PSOE sigue votando NO siempre, la culpa de las terceras elecciones la tendrá el PSOE.


Son diferentes varas de medir, que Felipe se ofusca en aclararnos, evitando lo que hubiera sido mejor, emplear el silencio, esa herramienta de la que Baltasar Gracián tanto habló. Hoy el PSOE no es el mismo que el de 1977. La gran duda es si en aquellos años, los que desde el PSOE nos gobernaban eran los mismos que ahora con el mismo nombre dicen las cosas que dicen. Se parecen mucho, más viejos pero se parecen. Si ya entonces pensaban como ahora ¿quien nos ha estado gobernando estos años en España? ¿qué pensarían los socialistas de verdad, de libro y sangre, al escuchar ciertas cosas, al ver algunas amistades, al observar ciertas puertas que se mueven con el aire?

Todos tenemos derecho a cambiar de opinión, pero cuando se es importante ante la historia, si cambias de opinión lo mejor es callarte y no contárselo a los demás. Dejarlo en lo personal. Si en 1977 Felipe o muchos de sus copartícipes de aquel PSOE hubieran hablado como lo hacen ahora, con las ideas de ahora, estoy seguro que nunca hubiera logrado los éxitos que a partir de 1982 tuvieron. 

Julio M. Puente Mateo