El Monasterio de Nuestra Señora de Rueda tiene su origen en 1182 como estrategia de colonización de las tierras que se iban incorporando a la Corona de Aragón. Alfonso II cedió el castillo y villa de Escatrón a los monjes que, pronto, comienzan a instalarse y construir un extraordinario monasterio a orillas del río en unas obras que se prolongarán varios siglos y que fueron enriqueciendo el conjunto.
Tras la desamortización de principios del siglo XIX, el edificio quedó abandonado y se fue deteriorando muy gravemente, hasta finales del siglo XX en que el Gobierno de Aragón llevó a cabo obras de restauración que recuperaron parcialmente el edificio y se iniciaron visitas guiadas y, posteriormente, se abrió un establecimiento hostelero integrado en la Red de Hospederías de Aragón.
En 2014 el Gobierno de Aragón, con un Consejero del PP y una Directora General del PAR, firmaba un contrato con una UTE integrada por hosteleros y promotores inmobiliarios valencianos para la gestión y explotación del edificio. El actual Gobierno, a la vista de la gestión que se estaba llevando a cabo, intentó buscar una solución para rescindir el contrato de mutuo acuerdo, como se anunció en rueda de prensa el pasado 16 de marzo.
En la actualidad, es un contrato que está en proceso de resolución por cuanto desde el Gobierno de Aragón se entiende que no se está llevando una gestión adecuada del edificio. De hecho, la falta de abono del suministro eléctrico de la Hospedería por parte de UTE desde el 11 de diciembre de 2015, ha supuesto su cierre de facto, con el deterioro de la imagen de dicha Hospedería y por extensión del resto de los establecimientos pertenecientes a la Red de Hospederías de Aragón que está suponiendo esta situación.
Actualmente la Hospedería se encuentra sin suministro eléctrico y sin agua corriente, ya que la captación del agua del río necesita electricidad para su funcionamiento, de igual manera que la planta potabilizadora, siendo imposible llevar a cabo el objeto del contrato sin suministro eléctrico. Además de no haber cumplido la empresa, a juicio del Gobierno, con varios extremos más del contrato.
Los procedimientos son largos, pero la ciudadanía aragonesa merece seguir disfrutando de ese edificio y su entorno y que el mismo tenga una gestión adecuada y la ciudadanía merece conocer que su Gobierno actúa con ese fin, velando por la conservación del patrimonio y la adecuada gestión del mismo y que esa es la finalidad que persigue el Gobierno de Aragón y la que informa sus actuaciones en esta cuestión.
Jorge Marqueta Escuer