Hoy el asesor y analista político Euprepio Padula nos ha explicado la táctica política del Partido Popular para ganar. Añadida esta táctica a lo que ya muchos sabíamos, nos sale un planteamiento electoral de premio (que lo ha recibido con los resultados), de gran éxito que a veces no queremos entender y de aplaudir, aunque joda.
El Partido Popular supo leer bien los resultados de diciembre. Primer acierto. No había perdido tanto en España, como lo que había perdido en algunas zonas de España. Había provincias que por el sistema electoral se habían perdido por “poco” y eran recuperables si se sabía motivar al elector. Y los últimos detalles de la corrupción no ayudaban a ellos. Había que trabajar más y mejor contra lo que se pudiera perder por la corrupción.
Así que se puso en contacto con el Partido Republicano de los EEUU y encargó un trabajo de asesoramiento a una muy conocida asesora que se vino con su equipo a España. El PP les puso una meta muy clara. Necesitaban recuperar entre 10 y 12 diputados en unas determinadas 12 provincias de España. No necesitaban asesoramiento en el resto de ESpaña, sólo en esas 12 provincias. Y obtuvieron el resultado con creces.
Se pusieron a estudiar los datos electorales de estas provincias, los datos sociológicos de estos habitantes, su trayectoria electoral y los problemas actuales que ahora tenían en estas provincias. No le importaba nada los resultados del resto de provincias, con tal de que los calcaran en junio. Sólo interesaban esas 12 provincias.
Y la asesora americana y su equipo se pusieron a diseñar una campaña específica para estas zonas. Una microcampaña electoral dentro de la campaña global en toda España. Muchas más actividad presencial, mucho más actividad en Facebook con mensajes positivos, salida a la calle y al campo. alcachofas y ganadería, visitas a fábricas de economía rural, arrastre de los medios de comunicación para que “esos” pueblos salieran (casi) por primera vez en la televisión. Una típica campaña electoral americana con la presencia del candidato en la calle, en el campo, sin personas, con los medios de comunicación y acompañado por todos los políticos posibles de esos que todos conocen.
Si sales en Teruel en una fábrica de jamones, quien se ve reflejado en esas imágenes no sólo es Teruel sino también todas las provincias, pueblos, donde se trabaja la ganadería, las pequeñas empresas rurales que necesitan promoción. No se trataba de lograr votos en las grandes ciudades, pues allí casi sobraban. Se trataba de la micropolítica, del trabajo de los campos de alfalfa o alcachofas. Y a nosotros nos pillaron riéndonos de que apareciera Rajoy en medio de un campo de alcachofas, él sólo y sin votantes alrededor. ¿Tan tontos somos o…, tan listos parecen los americanos?