Algunos creemos pues así nos lo quieren contar, que lo peor que nos puede suceder es ir a unas terceras elecciones generales en España, si se fracasa en la formación de un gobierno. No es lo peor y en eso están estudiando la partida los mejores asesores políticos de cada casa. Luego se equivocan, que para eso son unos auténticos artistas, pero de momento juegan con España como si fuéramos un juguete. ¿A quien le interesa jugar con España?
Se dijo en enero y no se quiere recordar lo suficiente. Disimulamos los que sabemos que es posible una situación peor que unas terceras elecciones generales en un año, pero hay un problema peor que repetirlas, pues no está previsto ni en la Constitución ni en los Reglamentos del Congreso, que nadie mueve pieza o que las muevan repitiendo los movimientos. No hay tablas por repetir.
Si el Rey no puede seleccionar a ningún candidato que quiere presentarse a la investidura, no empiezan a correr esos dos meses desde la presentación de candidato a la disolución de las Cámaras y la convocatoria de unas nuevas elecciones. ¿Qué quiere decir esto? Pues que podríamos estar años (meses cuando menos) con un Gobierno en funciones, provisional, si nadie quisiera presentarse para perder o para jugársela, y sin poder convocar unas nuevas elecciones.
¿Y qué alternativas tendríamos entonces? Pues si ninguno de los partidos políticos con alguna —aunque pequeña— garantía se dignara presentarse, como hizo Pedro Sánchez y el PSOE aunque nadie lo entendió así, quedaría la posibilidad de que el Rey eligiera a un independiente, pero que fuera aceptado y se sometiera a la investidura aun sabiendo que iba a perder. Y al menos empezaría a correr el tiempo para volver a la casilla de salida. Es decir al incierto futuro. ¿Y si el Congreso no acepta a un independiente como candidato y ni se peude presentar?
Que nadie dude de que estamos en una gran partida de ajedrez, donde nosotros, los españoles, somos los simples espectadores y donde hay algunos que saben jugar muy bien y otros van de pardillos. Los asesores que se trajeron desde EEUU no sabemos si ya se han ido o siguen entre nosotros, programando los movimientos del alfil. Esperemos por elbien de la tranquilidad institucional, que nadie mueva sus piezas con el juego de la posible violencia, pues nadie quiere perder. ¿Alguien se imagina al PP al día siguiente, si se juntaran otros para arrebatarle el poder que cree tener para siempre?
Julio M Puente Mateo