Coll de Ladrones - Canfranc |
Mientras los ciudadanos británicos aprobaba en referéndum la salida de la Unión Europea, representantes de agencias de viaje de cicloturismo y turismo de aventura británicas estaban visitando nuestro país, en viaje organizado por la Dirección General de Turismo del Gobierno de Aragón, para darles a conocer nuestra oferta en Aragón hacia el turismo natural y patrimonial y convertirlas en prescriptoras en un mercado, el británico, que es de gran interés para Aragón.
De la importancia que supone el mercado británico da fe el dato de que el Reino Unido es el Segundo Estado emisor de Turismo a Aragón, superando los 50.000 visitantes británicos cada año (en torno al 9% del turismo extranjero que nos visita), generando unos ingresos que podemos cifrar en unos 50 millones de euros, según datos del Instituto de Estudios Turísticos.
Por lo tanto, a la vista del resultado del referéndum, debemos plantearnos qué efectos tendrá la salida del Reino Unido de la UE para la economía aragonesa en general y la actividad turística aragonesa en particular, a pesar de las dificultades que se nos presentan en el análisis dado que estamos ante una situación nueva (nunca antes un Estado había abandonado la UE) y de consecuencias hoy imprevisibles, con unas peculiaridades que dificultan el análisis.
El turismo es una actividad estratégica para Aragón y cualquier efecto negativo sobre el mismo supone un grave problema para la economía aragonesa. Nótese que con 51.663 afiliaciones a la Seguridad Social, el turismo supone el 9'90% del empleo aragonés, localizado en buena parte de las comarcas aragonesas (con lo que supone a efectos de la vertebración territorial) y con una tasa de feminidad altísima, aportando al PIB aragonés casi 2.400 millones de euros.
Así, la decisión adoptada por la ciudadanía británica, legítima por otra parte, nos atañe directamente y nos plantea múltiples interrogantes. En estos primeros días, observamos cómo la libra se desploma, cómo surgen analistas que alertan de una recesión en la economía de Reino Unido y se habla de una inevitable subida de impuestos a la clase media británica. Datos todos ellos que pueden reducir la entrada de turistas británicos en Aragón y la capacidad de gasto de los que nos visiten. Todo esto dejando al margen las posibles limitaciones para la libre circulación de personas entre ambas fronteras, sin perjuicio de que puede darse una situación análoga a Noruega o Suiza, pero que será fruto de una negociación posterior.
El futuro se presenta ciertamente, incierto. No sabemos si habrá otros Estados que planteen situaciones similares y no sabemos cuál va a ser el devenir de la UE, que requiere, inevitablemente, un replanteamiento. Es cierto que Reino Unido ha dicho “good bye, EU”, pero no sabemos si, paradójicamente, se ha podido facilitar el “good bye, UK”.
Quizá la situación sea transitoria y a medio o largo plazo el Reino Unido se reintegre en la UE, o quizá haya partes del actual Reino Unido de la Gran Bretaña e Irlanda del Norte que puedan en un futuro próximo reintegrarse en la Unión Europea, en la medida en que la ruptura territorial, generacional y social es profunda.
En lo territorial, hay que tener en cuenta que Escocia e Irlanda del Norte han votado muy mayoritariamente a favor de continuar en la UE; recordemos que en el reciente referéndum sobre la continuidad escocesa en Gran Bretaña, uno de los argumentos de los unionistas era precisamente la garantía de permanencia en la UE y no es improbable una nueva convocatoria de referéndum de independencia escocesa; recordemos que la República de Irlanda sigue siendo parte de la UE y ya hay voces que reclaman la reunificación de Eire.
En lo generacional, se estima que los menores de 50 años han votado muy mayoritariamente a favor de la permanencia en la UE (con valores en torno al 75% en menores de 25 años), lo que condiciona el futuro de la decisión adoptada. En lo social, la ciudadanía que habita las mayores ciudades británicas, especialmente Londres y su extensa área metropolitana, han optado mayoritariamente por la permanencia en la UE.
En todo caso, la salida del Reino Unido de la UE es una mala noticia para la economía aragonesa en general y la actividad turística en particular. Situación para la que deberemos buscar soluciones que palien los efectos negativos y de cuyo desarrollo y ejecución deberemos estar muy pendientes para buscar alternativas.
Jorge Marqueta Escuer (Publicado también en El Periódico de Aragón)