20.3.15

Yo no puedo felicitar a los vecinos de la Av. Cataluña por su aniversario

Nuestra Av. Cataluña celebra con ¿sarcasmo? su quinto aniversario de la petición de cesión de lo que sigue siendo la Carretera Nacional II para que fuera de titularidad municipal y una calle más de Zaragoza. Algo que por muchos intentos realizados, todavía no se ha logrado conseguir. Los vecinos están muy concienciados de esta necesidad, y este pobre escritor de blog, implicado en este asunto desde bastante antes de ser vocal del Rabal, tiene sus dudas al respecto, aunque siempre ha seguido defendiendo (casi) exclusivamente las peticiones de los vecinos. Recuerdo mis gestiones en el Congreso de los Diputados de Madrid al respecto y de la mano de Chesús Yuste, con negociaciones al más alto nivel que no ofrecieron el resultado necesario.

Y me explico sobre mis dudas. Si ustedes observan en Google —para ponerlo accesible a todos— el espacio del que hablamos, vemos que hay una distorsión urbana casi inexplicable en esta parte de la ciudad de Zaragoza. Un agujero complejo de admitir, muy cerca en distancia del centro de Zaragoza e inmerso en lo que ya es la ciudad consolidada. Son suturas sin cicatrizar en el urbanismo, que suceden en muchas ciudades y que se van curando por sí solos en muchos casos, pero que en este caso lleva ya 50 años de disfunción urbana.

Vemos en la imagen el gran círculo rojo que abraza toda la zona de actuación futura; en rosa los actuales edificios de viviendas muy desperdigados y como islas en un inmenso espacio, y que en ambos lados de la línea amarilla que es la Avenida Cataluña observamos grandes asentamientos urbanos. Por un lado todo el barrio de Santa Isabel y por el otro todo Vadorrey y La Jota. Tenemos pues claramente un gran problema que supera las actuaciones en una calle, por muy emblemática que sea. Creer que todo empieza con la revitalización de una calle ante un problema de tan gran tamaño es una equivocación desde mi punto de vista, pero solo es mi humilde modo de ver el problema. Hagamos algo de historia.

Es verdad que cuando se crea el Polígono Industrial de Cogullada allá en el año 1966 (hace casi 50 años) y potenciado desde la iniciativa pública (también hay que señalarlo) no se pensaba en la situación actual, cinco décadas después. Cogullada nace al declararse Zaragoza ciudad que se puede acoger a los llamados entonces Polos de Desarrollo y donde se crean polígonos industriales en las entradas y salidas de las grandes ciudades españolas. En aquel momento esa zona de Zaragoza era literalmente las afueras y Santa Isabel un barrio rural.

Su busca no solo crear espacios industrial nuevos para nuevas empresas que hagan crecer las ciudades, sino también para facilitar el traslado de medianas y grandes empresas que estaban dentro de lo que entonces se consideraba ya ciudad consolidada nueva.

A partir de los años 80 el Polígono Cogullada empieza a sufrir la lógica reconversión de sus espacios, con la creación de nuevos polígonos mejor preparados, más en las nuevas afueras de la nueva Zaragoza, y sobre todo más cerca de más servicios y carreteras más rápidas. Cogullada a partir de ese momento queda señalada como un espacio tremendo que hay que remodelar y resolver. La creación de PLAZA en 2002 o Empresarium y PTR en la carretera Castellón indica claramente que el modelo Cogullada está claramente sobrepasado y al que hay que buscar solución a corto plazo.

¿Y qué tiene que ver todo esto con la titularidad municipal de la Avenida Cataluña? Pues ahora entro, todo es cuestión de paciencia, ya veréis.

La solución real y total del espacio urbano de la Avenida Cataluña va unido solo a dos posibilidades.
Que se transforme todo el Polígono Cogullada en zona residencial o al menos comercial, sobre todo la zona más la Este y que está más cerca del río Gállego.
O que se ponga un funcionamiento el proyecto SUZ55 —con ese nombre o con otro— que se aparcó hace los mismos años que se lleva pidiendo la titularidad municipal de la Avenida Cataluña.

Toda la revitalización real de la Avenida Cataluña pasa por un proyecto global, que bien a derecha o a izquierda de la actual avenida, cree tejido residencial en cantidad suficiente —algo se está haciendo y muy bien— acompañado de una ordenación urbana que revitalice toda esta zona. Puede (y debe) resultarnos curioso que Zaragoza haya crecido desde y hacia otras zonas más alejadas de lo que consideramos centro dejando este hueco vacío al albur del tiempo. Con el consiguiente peligro social que este hueco conlleva, hasta el momento muy bien resuelto por la presión de los vecinos y las buenas gestiones que desde la Junta del Rabal se han realizado para evitar conflictos de asentamientos temáticos. Y digo bien temáticos.

Personalmente y lo saben los vecinos, para mi la titularidad de la calle es lo de menos. Incluso creo que el Partido Popular cometió un error estratégico casi imperdonable para un político —que debe saber jugar al ajedrez— con esta avenida. Pero eso son tiempos pasados.

Hoy toca resolver el problemas de verdad y no con apaños ni con dibujos. No con intenciones y Power Point. Y el problema es de solución lenta, que depende en gran medida de la iniciativa privada, pero que necesita del apoyo decidido y contundente de la gestión pública, que al menos sepa diseñar en tiempos y formas el futuro de toda esta zona. No se resuelve el problema ni con vallas de alambre ni con las fijas y más sabrosas para ser robadas. Tampoco con llevar más árboles sean olivos o chopos. En serio, aunque esto sea muy duro de trasmitir a los vecinos pues no es lo que ellos esperan escuchar.

La solución vendrá con un ordenamiento urbano de la zona que lleve adosado un motor potente que haga atractivo invertir y a los ciudadanos de Zaragoza comprar y asentarse. Curiosamente ExpoFloralia con el proyecto que yo mismo planteé para que ocupara toda la zona del Gállego abrazando el Ebro y cruzando a Cantalobos, era una opción de revitalización. Pero Zaragoza no quiso hacerla.

Hay que llevar servicios, personas, edificios, vida social, tejido asentado que es el que mueve el servicio básico. Lo de menos es pedirle a Madrid muchos kilómetros de carretera Nacional II para que la cantidad a cobrar sea la misma del coste de una primera fase de reforma de una calle, pues es una tirita ante una rotura importante. Adaptar el tamaño de la presunta reforma al dinero que se nos envía desde Madrid es una broma, pues puedo asegurar que en buena sintonía de negociación fue imposible lograr la cesión de un espacio de menos de la mitad de indemnización del que ahora se pretende tener cedido, y solo será así cuando por motivaciones políticas les interese a los que gobiernen en Madrid. Triste y duro pues hay razones y razón, pero es real.

La reforma de todo el entorno de la Avenida de Cataluña es MUCHO más que saber quien es el propietario de una calle. Estamos entre todos mareando la perdiz para no entrar por imposibilidad en el tiempo a diseñar un proyecto de revitalización real de todo el entorno. No hay que hacer un plano digital de media calle. Hay que hacer un plano de todo un entorno.

Desde la calle Muel hasta el puente del Gállego pero habiéndolo cruzado. De todo el Polígono Cogullada y de las traseras de Vadorrey y La Jota. De todas las orillas del río Gállego desde el puente hasta la desembocadura. Efectivamente es un proyecto tremendo. Pero menos que el ACTUR, que Arcosur y muy parecido a Valdespartera, Montecanal o Rosales del Canal. Nadie pide aquí una obra para dentro de dos años, sino un proyecto de ciudad que ordene todos estos espacios para la Zaragoza del 2030. Y cuando tengamos sobre la mesa una decisión municipal y política de todo este entorno, la iniciativa privada sabrá qué hay y de qué manera se puede crear desde una distancia a los servicios que ya están asentados, que ya funcionan, que son muy cercanos.

Nota.: Por favor, si alguien quiere opinar de esta entrada, que lo haga en los comentarios de la misma, para que así quien lea este texto pueda continuar leyendo las opiniones contrarias o positivas que se añadan. Gracias por leerme.

Julio M. Puente Mateo