Durante toda la mañana de ayer hasta
100.000 grullas han abandonado Aragón pasando por Zaragoza en un vuelo impresionante,
maravilloso, acompañando con sus gritos un viaje de regreso hacia el norte de
Europa después de haber pasado el invierno en nuestras tierras aragonesas.
Verlas volar esa mañana, en dirección hacia el Pirineo
desde el oeste, atravesando desde el aire toda la zona de la Avenida Cataluña ha
sido un espectáculo natural, propiciado por los vientos. Ellas saben elegir los
vientos favorables de cola para que el largo camino sea más soportable, una vez
que detectan el cambio de temperatura que las conduce lentamente hacia la
primavera. Hasta el próximo año.