El Presidente del PSOE aragonés ayer
salió con un asunto importante pero claro, que resulta una lástima sincera que haya
sido sacado en periodo electoral, cuando todo suena a medias verdades. Dijo
Javier Lambán:
"Hay que repensar Aragón y asentar
una nueva identidad aragonesa sobre la potencialidad de la comunidad"
Cierto en gran parte, cierto en la
oportunidad (u oportunismo) de la frase, cierto en el fondo. Pocas veces, muy
pocas, he podido leer una frase de estas sabrosas formas y que no viniera de
gente de CHA o del PAR antiguo, claramente los únicos que han defendido Aragón por
encima de conceptos puntuales. Según creo yo y me explico a continuación.
Aragón es mucho más que un cruce de
camino entre vecinos complicados en lo político y económico, para un Aragón más
débil que ellos.
Aragón NO es la suma de “baturrismos”
absurdos y malintencionados, capaces de hacer sonreír a los que nos desconocen.
El “baturrismo” no solo es la caricatura, es el vehículo con el que intentan reírse
de nuestra personalidad real.
Aragón es un espacio histórico y
jurídico que se intenta substraer a todos los aragoneses, para dejarnos en un
simple espacio geográfico pobre y con serios problemas, incluso de identidad
uniforme. Aragón es de todos los aragoneses, también de los que NO creen en
Aragón. Por eso mismo hay que crear las fórmulas para hacerles creer en Aragón
desde la pedagogía social y su libertad de elección.
Aragón en las cuatro últimas décadas ha
estado avanzando en una dirección equivocada, arrastrado por las directrices de
un Madrid que deseaba un Aragón dócil entre unos vecinos complicados. Y eso nos
ha llevado a ser el Norte pobre o el Norte olvidado o el Norte reservado.
Aragón es mucho más que los actuales
aragoneses. Nos debe importar mucho más el futuro de nuestros hijos y nietos
que el nuestro propio y dedicarnos por ello a diseñar el Aragón lógico, de cómo
poco mitad del siglo XXI.
Aragón necesita repensar el futuro,
pero desde una hoja de ruta clara y contundente aunque con objetivos a medio
plazo. Nunca con objetivos a corto plazo. El cortoplacismo es un error político,
pero sobre todo es un gran error social. No se recuperan sensaciones, proyectos
perdidos, identidades olvidadas, culturas escondidas, si solo somos capaces de
diseñar el hoy o a lo sumo el mañana.
Aragón es sobre todo cultura e
identidad. Es sensación. Es respeto “de y hacia”. Es el espacio donde vivieron
nuestros antepasados y por ellos debemos edificar el futuro de nuestros nietos.
Aragón no es el Ebro. Es un gran error
que nos ha llevado a la equivocación. El eje geográfico es el Ebro, pero no
debemos bascular solo sobre la geografía sino sobre la historia, la sociología,
la cultura, la economía, el empleo, las instituciones, la justicia propia, las
capacidades, la Universidad. No hemos defendido con el mismo brío la pérdida de
nuestra Universidad o de nuestra cultura (por poner solo dos ejemplos reales y
patéticos), de lo que hemos defendido el Ebro.
Aragón es CULTURA, ARTE, HISTORIA, pero
debe ser también INVESTIGACIÓN, contenedor de EMPRESAS, INNOVACIÓN, MODERNIDAD,
FUTURO, un espacio donde las sensaciones sean las de CAPACIDAD, las de
HONESTIDAD, las de posibilidades reales de convivir.
Aragón es tierra de abrazos, de
convivencia, de varias culturas viviendo en paz en periodos históricos que
fueron rotos desde fuera. Aragón es tierra que exporta personas, cuando debería
ser espacio que importáramos personas para convivir más y mejor. Si fuéramos
más, Aragón sería más y mejor.
Aragón está despoblado. El diagnóstico
es triste y muy duro. Complicado de revertir pero al que debemos dedicar todos
nuestros esfuerzos que hoy vemos imposibles. Hay que saber resolver este
problema, olvidándonos de soluciones festivas o absurdas, como en las últimas
décadas. La población no se asienta por una piscina de más o de menos, sino por
un futuro mejor para sus hijos. Nuestra juventud no necesita ni bares, ni
pabellones deportivos; necesita empresas y formación de calidad, futuro y
empleo o autoempleo.
Aragón es un espacio muy amplio, muy
diverso, pero al que hoy le falta la argamasa capaz de crear futuro unido.
Reconocerlo es el primer paso. Digámoslo con claridad y dolor. Las distancias
entre Huesca y Teruel son inmensas. En todos los ámbitos.
Aragón necesita abrirse, poner mucha
más luz sobre todos nosotros, mirarnos en el interior y respondernos.
Simplemente respondernos si somos capaces de ser mejores, si creemos que merece
la pena seguir siendo aragoneses.
Julio M. Puente Mateo