El (presuntamente para demostrar que ya estamos acojonados) xenófobo, racista y machista Donald Trump se ha llevado al final el gato de los votos al agua, contradiciendo las encuestas. Sin digerirlo todavía, una de las razones de este triunfo puede estar en la diferente escala de valores, en su peculiar populismo con respecto a Europa.
Allí miden el éxito en función de la fortuna amasada y encumbran a los triunfadores por su capacidad de hacer dinero. No importa ni cómo ni sobre quién hayan logrado construir su emporio. Solo tienes que tener muchos ceros en los bancos y demostrar un pico de oro que hable sin parar.
Y en su narcisismo, poco importa que metas la pata y quedes ante los ojos del mundo como lo que eres: xenófobo, racista y machista (presuntamente, por si acaso nos quiere jorobar ya).
Otra causa del éxito de este hombre de 70 años la comparte con su ya ex contrincante, y es su apoyo a los acuerdos de los Tratados de Libre Comercio de América del Norte con el resto de países. A pesar de que en este argumento poca diferencia puede tener con Hillary Clinton cuando los dos comparten estos nocivos acuerdos que están dejando arruinados a los países que los han firmado.
También ha sido decisiva la conexión con el "hombre blanco“ machista como él que tiene la sensación de que la sociedad quiere arrebatarle los privilegios de estar por encima de la mujer, ¿Hoy una mujer y mañana un transexual, y luego quien...?
También ha sabido explotar el rencor de una gran parte que no perdonó a Hillary que votara a favor de la guerra de Irak. Y, si a esto añadimos la falta de entusiasmo del votante de edad, el voto deprimido, el de la gente joven que ve en ella volver a la era de Clinton/Bush y el de los anarquistas, anti sistema encubiertos que les gusta el humor negro, ya tenemos las claves de por qué este histrión se va a convertir en nuestra pesadilla.
“Seré el Presidente de todos” ha dicho este xenófobo racista y machista (siempre presuntamente para que no nos joda, que las censuras las carga el diablo), en su primera comparecencia pública, llamando a la unidad. A su unidad. Qué miedo me da.
Daniel Gallardo Marin