Me cuesta
trabajo opinar en las cenas con mucha gente a todo volumen o intervenir en
asambleas con ideas propias. Me limito a escuchar, a constatar el poder
de experiencia y participación de los cuadros de CHA, el poder de desviación del
debate del PSOE para nunca afrontarlo, el control absoluto de los tiempos del PP.
Hablamos todos —incluso— de ir a un necesario populismo en la línea de simplificar las ideas, de la apelación al corazón
sin estridencias. Para adaptarse a los nuevos tiempos. De la participación
desigual, del asamblearismo dirigido como contrapoder a un necesario para
Aragón parlamentarismo, que Podemos no ejerce, porque no puede ni quiere.
Mis columnas en este blog solo destinadas a
emocionar. Así que voy a proponer mis medidas generales, mis presupuestos
participativos y mis intuiciones ante el Debate de la Ciudad de Zaragoza que se
celebrará el jueves-viernes:
1.- Elogio del acuerdo para la
potenciación conjunta de la imagen turística exterior Zaragoza-Aragón.
El ensayo
nunca experimentado efectuado en el Pilar debe continuarse. Así como el Pilar participativo
impulsado por el concejal Rivarés. Son ideas que existían pero con una
potenciación llevada a cabo sin ambages desde el actual Gobierno de Zaragoza.
Únicamente
añadir —sabemos de la situación de pre quiebra— un necesario replanteamiento
del sector cultural zaragozano privado y su apoyo desde el Ayuntamiento.
Concesiones que llenan de vida el Ebro, el espacio Las Armas…, brillantes ideas
de la sociedad civil que consolidan a Zaragoza como la capital del Ebro pueden
salvarse con pocos recursos.
2.- Imagen cotidiana de la ciudad de
Zaragoza.
La ciudad por
dificultades que todos los Ayuntamientos padecen de dimensionamiento de las
contratas, está peor, nos presenta un aspecto descuidado. Sabemos que
existirán reticencias, pero siempre he pensado que es necesario —dado el
crecimiento del turismo en Zaragoza— una mayor implicación de la sociedad civil
y empresarios de hostelería y servicios, beneficiarios de la excelente política
cultural, turística y de congresos, en la limpieza y embellecimiento de los
espacios más usados por los zaragozanos y su visitantes.
Las
denostadas contribuciones especiales siempre me han parecido un instrumento
jurídico existente y a replantear. Un compromiso hacia la ciudad de los
beneficiarios de su mejor imagen.
Pondré un ejemplo:
la preciosa calle Heroísmo y entorno se muere de éxito en los juepincho pero
habitualmente presenta un aspecto descuidado. Siempre me pregunto si no puede
haber una mayor implicación de las zonas de bares en este punto.
3.- Establecimiento de una política clara
sobre pequeño comercio.
Convenios
urbanísticos, desinstalaciones industriales, traslados de sector secundario
siempre traen como coletilla la generación de nuevos espacios de ocio 3.0, que
hunden a los 2.0 anteriormente existentes y agravan el vaciamiento del Casco
Histórico del comercio tradicional. A favor de las franquicias.
Es un
fenómeno que sucede en Barcelona e incluso en el Coso de Huesca. Carestía de
alquileres, burbujas en lugares determinados… convierten los centros históricos
en meros parques temáticos.
La imagen es
del anunciado outlet Pikolin, un ejemplo de atracción de visitantes que no
entrarán a Zaragoza.
Tenemos la
suerte de una Madalena y San Pablo distintos, llenos de nuevas iniciativas en
textil, artesanía, artesanía alimentaria… Ello no obsta para un debate general
en la materia.
4.- Proyección exterior de Zaragoza. Casa
de las Culturas.
La verdad es
que con la dimensión que tiene Zaragoza y Aragón mejor no puede ser. Mucho
Ebrópolis, mantenimiento de la morterada a Ryan Air, mucha FIMA etc.
Pero a mí me
parece que se descuida, hablando de corazón, el principal factor de buena
imagen exterior de Zaragoza, ciudad cómoda para vivir y no demasiado cara.
La
potenciación de la Casa de las Culturas, las asociaciones de inmigrantes y que
de todo ello emerjan líderes comunitarios. Un necesario replanteamiento del
Consejo Social de la Ciudad, no tanto dirigido a languidecientes asociaciones
de empresarios o sindicatos.
Sino más
plural, buscando la participación de nuevos pobladores que son los actuales
ocupantes de barrios como Delicias o San José, que se están llenando de sabor
africano y latino. No verlo como problema, verlo como una oportunidad.
Pero a cambio
de la integración y participación mayor de estos colectivos, precisamente a
partir de las Juntas de Distrito.
Zaragoza
debería contar al servicio del 10% de su población, de mejores servicios en
forma de consulado. Recibiendo a la inmigración del país de procedencia del
conjunto del Valle del Ebro. Sabemos que la potenciación de la Universidad es
imposible por falta de fondos. Este planteamiento es mucho más barato y eficaz.
Estas son mis pequeñas aportaciones y sugerencias a
Carmelo desde mi corazón y mis vivencias.
15/11 Luis Iribarren