Hoy, día 9 de noviembre de 2016, día postelectoral, creo que ya veo las cosas con más perspectiva, se podría decir que hoy ha sido mi día de reflexión, después de seguir toda la votación anoche viendo la CBC, actualizando votaciones con el móvil y con los diversos grupos de Whatsapp en constante debate, ya no tengo tanto miedo de Donald Trump.
Ayer cuando alrededor de las 23.00h (GMT-7) dijeron que Donald Trump era el nuevo presidente de EEUU, apagué la televisión y me fui a mi cuarto pensando qué significaba eso: ¿va a haber una tercera guerra mundial como mucha gente teme? ¿Sufrirá EEUU una crisis tan desastrosa con el Crac del 29 y acabará con la economía mundial? ¿No cumplirá su campaña y se limitará a crear un país más capitalista favoreciendo a los multimillonarios y eliminando cualquier servicio público, pero sin afectar gravemente al resto del mundo?
Empecé a suponer, a pensar, que la Tercera Guerra Mundial estaba más cerca de lo que pensaba, no obstante, y como mi profesor de Social Studies (Sociales o Historia en castellano) nos ha comentado esta mañana, Donald Trump no confía en la democracia, como ha demostrado en varias ocasiones:
—"Me temo que las elecciones van a estar amañadas". "Decidiré si puedo confiar en los resultados [de las elecciones] en el momento.´" -; pero si algo tenemos que tener claro, es que al menos por ahora Donald Trump no es un dictador y tiene una constitución y unas leyes que seguir.
Y así es, no debemos estar tan preocupados por lo que nos pueda pasar, igual estamos suponiendo que Europa se va a sumergir en una desastrosa crisis, y tiempo más tarde descubrimos que solo son suposiciones.
El verdadero problema llega cuando piensas en las minorías sociales que han pasado a ser de segunda clase y a estar mal vistas en EEUU (como pasó con los judíos en Alemania durante el Tercer Reich (1933-1945)), mexicanos, musulmanes, africanos, homosexuales, mujeres…, intentaron ayer buscar soluciones para escapar antes de que les quitasen la libertad.
Ayer por la noche, se notó la desesperación de los ciudadanos estadounidenses, cuando minutos antes de que diesen los resultados se colapso la web de inmigración de Canadá e incluso han creado una web llamada Maple Match para poder cruzar la frontera legalmente.
Quizás Estados Unidos ha dejado de ser libre y segura para todos los ciudadanos, y te das cuenta cuando escuchas a los ciudadanos; ayer una tertuliana de la CBC desesperada pedía que ganase Hillary Clinton, ya que como ella misma aseguró, una mujer negra y que está casada con otra mujer no puede vivir tranquila con Donald Trump gobernando el país.
He vivido un momento histórico e inesperado a tan solo unos pocos kilómetros y con la tranquilidad de haber elegido el país correcto, y a no ser que Donald Trump decida que quiere construir un muro también en esta dirección, puedo estar más tranquila que los estadounidenses, pero sé que voy a notar cambios durante mi año aquí ya que Donald Trump también va a afectar a Canadá; en su campaña amenazó en diversas ocasiones con acaban con el TLCAN (Tratado de Libre Comercio de América del Norte), este acuerdo ha permitido triplicar el comercio entre ambos países, los cuales intercambian alrededor de 1.6 $ millones diariamente.
Si Donald Trump continúa con su amenaza, Canadá podría tener problemas serios con la economía, como asegura una encuesta realizada por la CBC, donde el 58% de la población asegura que las elecciones de Donald Trump afectarán gravemente a la economía canadiense, frente al 13% que considera que tendrá un impacto positivo, con un 19% que no piensa que afecte, y un 10% no está segura de el impacto que pueda llegar a tener. Los ciudadanos canadienses han estado preocupados por estas elecciones, como el resto del mundo, ya que son fieles aliados, pero no tanto como los estadounidenses, los cuales incluso lloraban cuando veían que Donald Trump salió elegido 45º presidente de Estados Unidos.
Esperemos que la Tercera Guerra Mundial o una crisis parecida a la Gran Depresión sean solo suposiciones y que el futuro sea mucho más pacífico y tranquilo; ojalá Donald Trump gobierne estos cuatro años sin cumplir la mayoría de su programa, sin reírse de la prensa o los discapacitados, sin faltar al respeto a las mujeres, sin construir un muro en la frontera con México, o sin expulsar a todos los musulmanes de EEUU.
Confiemos en que Canadá pueda abrir sus puertas para todos los americanos que intentan huir de su país y pasemos estos cuatro años lo más tranquilos posibles, sin hacer mucho ruido ni cambiar el futuro del mundo.
Yo, mientras vemos como transcurre la presidencia de Trump, voy a vivir a unos pocos kilómetros de EEUU, en Canadá, bajo la presidencia de Justin Trudeau, quien al menos a mí, me aporta tranquilidad y me asegura que hice bien cuando elegí Canadá antes que EEUU como destino para esta aventura.
Silvia Marqueta