23.11.16

Caminos de peregrinación de Japón y Camino de Santiago aragonés 1

Sintetizar la charla que ofreció el pasado domingo David Almazán, profesor de arte japonés y vicepresidente de la Asociación Aragón Japón, acerca de las rutas de peregrinación japoneses va a ser para mí muy difícil. Fue el tema por él elegido como acto principal de la Jornada Japonesa 2016.
Debido al conocimiento tan especializado de David en arte japonés, la esencia que flotaba en su charla fue la plasmación en el mismo de la diferencia entre las culturas cristiano-musulmana y shinto-budista en torno a la vivencia de la naturaleza. Cómo el arte japonés no utiliza apenas el retrato divino ni humano, basándose en el pueblo anónimo, la naturaleza como espectáculo divino cambiante y el Monte Fuji como tema muy principal.
La naturaleza santificada por el pueblo japonés, que otras agresiones también comete sobre ella. Sin embargo, los cambios de estaciones, la elección de los árboles y caminos… es en torno a su visitación y contemplación que se realizan las peregrinaciones.
Cimientos del Hospital de Peregrinos de Santa Cristina.  Iluminación y nirvana por superación de los Pirineos de los peregrinos lombardo-provenzales.
Además, David plasmó en el turno de preguntas la, también para mí, cuestión clave: el eje de peregrinación japonés obedece a esta concepción de introducirnos con respeto en el divinizado paisaje.
El punto fuerte de nuestro camino de Santiago, incluso nuestro espectacular camino o Vía Tolosana, es la contemplación de la obra pétrea realizada por el hombre: las iglesias románicas y las catedrales románico-góticas que lo jalonan. A veces obra conmovedora. Pero dominando el hombre la naturaleza el séptimo día como principal criatura creada por Dios y en cumplimiento de lo dispuesto por la Biblia.
Paisaje montañoso de la peregrinación 88 templos de Shikoku, con desniveles y paisaje propio del valle de Aspe o subida a San Juan de la Peña
Con esta introducción a las diferencias esenciales, añadir que también es el punto fuerte del éxito del Camino de Santiago en Japón. Su enorme patrimonio, sobre todo románico.
Pero también es sabido que los japoneses nos visitan por la peculiar visión de Claudio Coelho del camino, como vía de superación. En este sentido, habría que ahondar –como ha hecho la Xunta de Galicia- en que uno de los hitos fundamentales de comunión religión-espiritualidad-inmersión en la naturaleza es la superación de los Pirineos por su cota más alta del camino en Somport.
 Aspecto que debió tener Santa Cristina del Summus Portus
Y que donde más se produce dicha comunión es en el Aragón profundo y silencioso que atraviesa el Camino Aragonés.
En este sentido los 88 templos de Shikoku, mencionó el profesor Almazán, se recorren como mínimo en 2 meses en los que el peregrino atraviesa etapas de ilusión, sufrimiento, iluminación y, en los últimos templos, ya nirvana. Todos los que hemos hecho el Camino hemos sentido eso de un modo u otro.
La potenciación del Camino Aragones en Japón es una labor a realizar respecto de la que, sin saberlo Marqueta y Soro, han dado ya los primeros pasos. Espirituales y materiales.
Contar con David Almazán para dar los siguientes sería lo inteligente y apropiado por interés general.
22/11 Luis Iribarren