Sintetizar la charla que ofreció el pasado domingo David
Almazán, profesor de arte japonés y vicepresidente de la Asociación Aragón
Japón, acerca de las rutas de peregrinación japoneses va a ser para mí muy
difícil. Fue el tema por él elegido como acto principal de la Jornada Japonesa
2016.
Debido al conocimiento tan especializado de David en
arte japonés, la esencia que flotaba en su charla fue la plasmación en el mismo
de la diferencia entre las culturas cristiano-musulmana y shinto-budista en
torno a la vivencia de la naturaleza. Cómo el arte japonés no utiliza apenas el
retrato divino ni humano, basándose en el pueblo anónimo, la naturaleza como
espectáculo divino cambiante y el Monte Fuji como tema muy principal.
La naturaleza santificada por el pueblo japonés, que
otras agresiones también comete sobre ella. Sin embargo, los cambios de
estaciones, la elección de los árboles y caminos… es en torno a su visitación y
contemplación que se realizan las peregrinaciones.
Cimientos del Hospital de Peregrinos de
Santa Cristina. Iluminación y nirvana por superación de los Pirineos de los
peregrinos lombardo-provenzales.
Además, David plasmó en el turno de preguntas la,
también para mí, cuestión clave: el eje de peregrinación japonés obedece a esta
concepción de introducirnos con respeto en el divinizado paisaje.
El punto fuerte de nuestro camino de Santiago,
incluso nuestro espectacular camino o Vía Tolosana, es la contemplación de la
obra pétrea realizada por el hombre: las iglesias románicas y las catedrales
románico-góticas que lo jalonan. A veces obra conmovedora. Pero dominando el
hombre la naturaleza el séptimo día como principal criatura creada por Dios y
en cumplimiento de lo dispuesto por la Biblia.
Paisaje montañoso de la peregrinación 88
templos de Shikoku, con desniveles y paisaje propio del valle de Aspe o subida
a San Juan de la Peña
Con esta introducción a las diferencias esenciales,
añadir que también es el punto fuerte del éxito del Camino de Santiago en
Japón. Su enorme patrimonio, sobre todo románico.
Pero también es sabido que los japoneses nos visitan
por la peculiar visión de Claudio Coelho del camino, como vía de superación. En
este sentido, habría que ahondar –como ha hecho la Xunta de Galicia- en que uno
de los hitos fundamentales de comunión religión-espiritualidad-inmersión en la
naturaleza es la superación de los Pirineos por su cota más alta del camino en
Somport.
Aspecto que debió tener Santa Cristina del
Summus Portus
Y que donde más se produce dicha comunión es en el
Aragón profundo y silencioso que atraviesa el Camino Aragonés.
En este sentido los 88 templos de Shikoku, mencionó
el profesor Almazán, se recorren como mínimo en 2 meses en los que el peregrino
atraviesa etapas de ilusión, sufrimiento, iluminación y, en los últimos
templos, ya nirvana. Todos los que hemos hecho el Camino hemos sentido eso de
un modo u otro.
La potenciación del Camino Aragones en Japón es una
labor a realizar respecto de la que, sin saberlo Marqueta y Soro, han dado ya
los primeros pasos. Espirituales y materiales.
Contar con David Almazán para dar los siguientes
sería lo inteligente y apropiado por interés general.
22/11 Luis Iribarren