Cuando hablamos los interesados del urbanismo sobre ciudades amables, válidas, útiles para la sociedad y las personas, nos referimos muchas veces a la ciudad consolidada y compacta como un elemento imprescindible para crear ciudad humana. Tan solo en la ciudad consolidada y compacta se pueden crear barrios, seguridades propias por el propio servicio de calle de los vecinos, relaciones humanas, comodidad y sobre todo abaratamiento de los servicios y por ello más número de ellos.
Esta imagen se refiera a la Avenida Cataluña de Zaragoza. Vamos a explicar un poco la imagen, antes de continuar. A la izquierda inferior el final del barrio de La Jota. A la derecha de la imagen el principio del barrio de Santa Isabel. Ambos son barrios urbanos ya consolidados y compactos. En medio la Avenida Cataluña con la urbanización de Ríos de Aragón al final. Entre ambos barrios, una distancia de 1,6 kilómetros, con un urbanismo discontinuo que lleva como poco dos décadas igual.
Pero ojo, que nadie crea que ese vacío urbano no tiene dueños, es de "nadie" es una casualidad. Tienen dueños y simplemente es como quien tiene unos ahorros en el banco, esperando a que den intereses.
En rojo los edificios, en azul el río Gállego, en gris las grandes avenidas, calles o incluso vía perimetrales o de tren. En verde las zonas verdes consolidadas y los viales, incluidas las orillas casi arregladas del presunto parque líneal del río Gállego. El resto es campos sin uso, zonas industriales, vacío urbano habitacional y de convivencia. Estamos hablando de un espacio urbano muy cercano al centro de la ciudad de entre 1 kilómetro y 1,5 kilómetros según desde donde tomemos el punto de medida del discontinuo vacío urbano.
Ahora vamos a tomar el punto amarillo de la imagen como referencia. Desde ese punto (final del barrio de La Jota) a la Plaza del Pilar de Zaragoza hay 1.900 metros. Muy parecida distancia a la que hay desde la misma Plaza del Pilar a la Estación Goya, y menos que a Grancasa por poner otro ejemplo bien conocido. Desde ese mismo punto de la Plaza del PIlar al inicio de Valdespartera hay 5 kilómetros y al inicio de Arcosur 7 kilómetros.
Sin duda a lo hecho pecho, lo que en ningún momento debe suponer no saber enmendar errores, posiblemente provocados por el frenazo en el crecimiento y la crisis económica, y rediseñar decisiones para que la ciudad de Zaragoza salga ganando. Llevar servicios privados y públicos a 7 kilómetros cuesta mucho más que llevarlos a 2 kilómetros. Obvio. Pero eso no es lo que me preocupa más.
Lo grave es que discontinuar los crecimientos, dejar todo en manos de los propietarios de los suelos, de los promotores, de los bancos y sus expectativas de beneficios es un inmenso error que a veces sale muy caro a todos los ciudadanos, que somos al final los que pagamos esos errores con dinero público y servicios caros.
Y lo más grave todavía es que así no se crea ciudad amable y humana, no se crea barrio ni tejido social, convecinos ni gente que se saluda por la calle. Es imposible también crear tejido comercial. El pequeño comercio de los barrios no lo mata un Outlet de más o de menos, sino la creación de discontinuidades urbanas, la planificación equivocada, la nula rentabilidad de los comercios privados de barrio.
¿Qué se debe hacer? Como responsable político de algunas actuaciones sobre la Avenida Cataluña, he advertido muchas veces a los vecinos —sin ningún éxito también hay que decirlo— que lo importante no es la titularidad de una vía, sea de un Ministerio de Madrid o del Ayuntamiento de Zaragoza, aunque eso parezca el problema del siglo por los esfuerzos depositados entre muchos. Que lo único importante es la dignificación urbana de ese espacio, la planificación y el trabajo para que los propietarios de los suelos vean que es más rentable edificar allí que dejarlos de barbecho hasta que caiga el higo.
Hay que llenar de viviendas y continuidad urbana ese 1,4 km de longitud, creando ciudad y retirando las grandes y medianas industrias del centro de Zaragoza, donde solo debe haber viviendas, servicios, comercios, profesionales y pequeñas empresas y talleres.
Y admitir entre todas las fuerzas políticas (pero no en una declaración, sino con hechos) que ordenar unos inmensos espacios urbanos que están a 2 km del centro de la ciudad debería ser prioritario para la propia Zaragoza. Y que si no se ha hecho ya…, es por intereses complejos de explicar, de entender y de admitir. Intereses que yo no aplaudo.