“Aragoneses”: Santiago Ramón. Hace unas entradas presentamos al serrablés López Ortín, una de las principales lumbreras médicas del momento, a la altura de Patarroyo. Citábamos que estamos ante otro posible Nobel aragonés en medicina. Hora es de mencionar cómo están aprovechando desde La Hoya de Huesca al primero.
La idea no puede tener más sentido común: en este momento Zaragoza es la principal ciudad médica de congresos del Estado, operadoras como Safa Galénica y otras grandes de la producción y distribución farmacéutica nos tienen como sede. Tenemos afamados balnearios y nos faltaría un proyecto “Soria Natural”.
Centro de interpretación Cajal de Ayerbe.
Todos vemos cómo el Auditorio se llena a través de Zaragoza Convention Bureau con éxito. Así que ¿por qué no ampliar el sector y convertir a Huesca ciudad en estratégica en este sentido? Ramón y Cajal, aunque nacido administrativamente navarro en enclave de las Altas Cinco Villas –en Petilla podemos visitar su solar natalicio-, de donde se sentía era de Ayerbe: localidad que ha impulsado un Centro de Interpretación del célebre médico. Es un pequeño y recoleto edificio que sirve para homenajear y reconocer sus logros científicos, pudiéndose interactuar incluso por escolares en determinados espacios y paneles. Hombre a un microscopio pegado…
Así que es una buena idea la de Huesca-ciudad. Impulsar la figura de Ramón y Cajal y relacionarla con Huesca y con Ayerbe. Dar uso así a su faraónico y infrautilizado Palacio de Congresos, maridar estancias con la sutil restauración oscense y buscar ese nicho de turismo de calidad permanente que también conoce Zaragoza. Apostar por Huesca como ciudad cultural y para la sanación de las almas. De momento Huesca ha solicitado al CSIC y negociado con los sucesores el legado de Cajal, para ponerlo en valor y crear un museo-centro científico. La vinculación de Ramón y Cajal con Huesca es que impartió parte de su docencia allí.
La Plaza del Mercado y el Casco Viejo de Huesca
necesitan un proyecto que trascienda a la ciudad… Al fondo, antiguos juzgados y
audiencia, posible sede cajalista.
Se trata de una colección a recuperar para Aragón de 30.000 objetos de todo tipo –desde dibujos y láminas hasta objetos personales, pasando por material científico utilizado por el premio Nobel-, que actualmente se guardan en el Instituto Cajal de Madrid y a los que el público no tiene acceso. Parece que el científico dispuso en forma de legado que fueran de general conocimiento. Tras el traslado de los juzgados, existen espacios en Huesca como en Zaragoza vacantes en el plaza del Mercado.
Referencias hay. El CDAN del que hablaremos.
Ahora que se está hablando tanto de la Ordenanza de Protocolo oscense –solo trasciende lo que ruido mediático hace-, nos detenemos en la “jondura” del pensamiento cajalista.
«–¿Alborotas y te enojas al discutir? Luego no tienes razón».
¿No tienes enemigos? ¿Es que jamás dijiste la verdad o jamás amaste la justicia?
«A los amigos, como a los dientes, los vamos perdiendo con los años, no siempre sin dolor».
«Al carro de la cultura española le falta la rueda de la ciencia».
05/04 Luis Iribarren.