Vuelve a la carga el Plan Hidrológico, ahora con nuestros vecinos levantando la liebre y pidiendo más agua para el Delta. No dudo de que sea vital el agua para esa zona. Al igual que para Aragón, el agua es la vida. Pero cuando estos piden me pongo a temblar y me entra la duda de si solo se limita a su patrimonio ecológico o con ese pretexto esconden otros intereses.
No tengo los conocimientos necesarios para determinar si los 6.550 hectómetros cúbicos que fija el Estatuto de Autonomía de Aragón como reserva hídrica son suficientes para cubrir las necesidades presentes o futuras aragonesas. También es difícil predecir en ese futuro y con un clima cambiante, si a partir de ese caudal ¿el agua sobrante? podría dar pie a otros trasvases. Pero ver la imagen del señor Pedro Arrojo en el Congreso con otros diputados Podemitas aragoneses, supuestamente puestos ahí para defender nuestros intereses, en abrazo amoroso con ERC, me pareció un cambio de cromos. Por eso me temo que esa manifiesta afinidad va más allá de ese abrazo por la defensa hídrica. Buscan apoyos con las fuerzas separatistas para una hipotética gobernabilidad.
El gato escaldado del agua huye, y más conociendo cómo se las gasta el extremista Junqueras y compañía. Si se modifica dicho Plan y una vez conseguido, como primer paso darán un mayor caudal a la desembocadura del río, ¿Cuál sería el siguiente? ¿Ampliar el pantano de Mequinenza? ¿Proyectar algún mini trasvase? Ya tienen el Xerta-Calig.
Aragón se quedó solo por defender nuestro futuro ante gobiernos que jaleaban el trasvase por intereses políticos y económicos para las comunidades costeras. Fuimos etiquetados como insolidarios y los del botijo. Tampoco los medios televisivos nacionales se cortaron en su apoyo a los más poderosos manipulando con las imágenes de las crecidas extraordinarias del río. Así que, señor Arrojo y compañía, si quieren reivindicar, guarden sus fuerzas para hacerlo por Aragón que aquí no nos apoya nadie.
Daniel Gallardo Marin