Dedicat a la emigració de la Canal de Berdún i aragonesa a Catalunya. Amics per sempre. Disposem
d'arrels comuns. El nostre pais es el mateix. Penseu.
Ahora que está reciente la manifestación contra el peligroso
–desde el punto de vista simplemente geológico- recrecimiento de Yesa. A la que
no pude finalmente asistir pero que estuvo el sábado pasado en mi memoria y
conciencia. Ahora que la Canal de Berdún está rematada por un macropuente y una
autovía que la afean significativamente, que no se puede comprender cómo han
podido pasar estudios de impacto ambiental algunos.
Ahora que ante la grandeza faraónica de los desmontes en las
laderas movedizas de la presa, ante las nuevas carreteras hacia los Pintanos
que empequeñecen todavía más las ruinas de Ruesta, ante los bosques de
carrascas y chaparros salvajes que nadie limpia en los paquizos de esa
localidad y de Undués. Es el momento de reivindicar al mejor escritor aragonés,
en catalán –y de la literatura catalana, afirman-.
Imágenes: el puerto
fluvial de Mequinenza y los llauts que, cuando no había agua en el Ebro, lo
remontaban burros con cadenas y sirgas. En la actualidad y en el pantano,
pescan siluros incluso australianos y entrena remo el equipo de Cambridge.
El escritor que, como Juan Rulfo en Pedro Páramo, resucita
la memoria de Mequinença y els seus llauts –sus barcos- que mediante caminos de
sirga, cuando bajaba el nivel del Ebro, llevaron muebles y modernismo desde
Tortosa hasta casi Caspe. Por esa razón, el catalán que allí se habla es común
con las Terras Baixas del Ebre.
Os recomiendo una lectura reposada de Camino de Sirga, algunos de vosotros tendréis la suerte de poderlo
leer, como a mi admiradísimo Josep Pla, en catalán. Para mí, junto con “La
colmena”, Marsé y Chirbes, mis referencias y altares literarios. Porque de Pla
admiro sus crónicas de viajes, sus recetarios, su curiosidad y pulso
periodístico. Lo mismo me pasa con Umbral. Pero Moncada es nostre.
Moncada tiene un apellido noble. Como los advenedizos
Borbones de Mequinenza –que ostentan el nombre porque a ese coto iban a cazar y
dejaban rastro, llegó a haber un alcalde Borbón camionero y de IU-. Pero Montcada lleva el aristocrático apellido made in Corona
de Aragón, Cataluña, Valencia… que da nombre al Palau Montcada, Museo Picasso
de Barna, que proviene del homónimo Palau Montcada fragatí. Almogavars de
frontera.
Moncada, como Tomeo, vivió siempre en Barcelona, pero toda
su obra gravita entorno a su Aracataca y Macondo particulares, su visión
onírica de la vida de su familia en Mequinenza. También Lavelilla, Lascorz y Jánovas han tenido quien les
escriba: la Ronda de Boltaña.
Pero ahora toca despedirnos con unas frases sobre la obra y
de Moncada, las entenderéis. La suya propia, humor negrísimo oregonés.
Camí
de sirga narra
la desaparició de l'antiga vila de Mequinensa, a causa de la construcció d'un embassament, a través de les vivències dels seus
habitants convertits en personatges literaris. Amb aquest pretext Moncada
s'endinsa en la història de la població i explica episodis que es remunten a la Guerra del
Francès,
inicis del segle XIX, fins al trasllat a la vila nova el 1971, passant per dues
Guerres Mundials que revifen l'activitat de la conca minera, les repercussions
de la Setmana
tràgica,
la Guerra Civil o la dictadura
franquista.
Moncada, doncs, mostra a través del seu enginy literari com la comunitat
mequinensana forja una memòria històrica dels fets més rellevants de la
història contemporània.
Frase
de Jesús Moncada: A tot estirar ens espera l’improbable paradís del registre
fòssil
06/04 Luis Iribarren.