15.4.16

Ebrópolis y su trabajo por un urbanismo de futuro más sostenible

Hoy se ha celebrado por Ebrópolis el XIX Encuentro de Planes Estratégicos Urbanos y Territoriales con la asistencia de representantes de 12 ciudades, 9 Fundaciones y de 4 Universidades, en un encuentro muy interesante para fijar estrategias que sirvan para tomar decisiones de futuro hacia unas ciudades más sostenibles, presididos por la concejal de ZeC Elena Giner y la presencia de representantes de los grupos políticos del PSOE, C’s y CHA.

Lo analizado es mucho, las ideas de trabajo presentadas mueven de alguna forma todo el sistema económico, de consumo, de urbanismo, de rehabilitación de ciudades, de estrategias y planificación, de eficacia energética, pero también de comercio de proximidad o de pedagogía social para conocer los retos con los que nos enfrentamos. No dentro de un tiempo, sino ahora mismo.

Sólo os voy a dejar aquí (iremos en otras entradas profundizando sobre diversos temas analizados y discutidos) de una frase del alcalde de Vitoria.

La ciudad de Vitoria va a crecer hacia dentro

Me parece en su diseño una frase redonda, una decisión que hay que analizar en toda su profundidad. Crecer es malo, crecer desmesuradamente es brutal. Crecer hacia fuera es una idiotez. Si viajamos a otros países, a ciudades grandes e importantes de Europa, que están ya relativamente cerca, vemos que las ciudades se componen de muchos edificios bien diseñados que tienen un siglo, que se van rehabilitando y que no necesitan esa urgente medida que los españoles tomamos con excesiva facilidad de “tirar y volver a construir” o lo que es peor, vacíar y abandonar para trasladar a sus habitantes a otra zona.

Las ciudades pueden crecer en personas, pero no deben crecer en tamaño, en distancias, en contaminación. Por cada distancia que una ciudad se amplía, es un consumo exagerado de energía y una producción de contaminación increíble. No sólo por el desplazamiento de las personas, sino también de los transportes, los alimentos, los servicios, la cultura, etc. Un barrio alejado supone un gran gasto energético que las ciudades no pueden soportar. Todo lo que esa ciudad produce se aleja en alguna medida, por una decisión muy poco sostenible.