Creo que no os descubro nada nuevo. Pues sí, hay algo en Juan
Manuel Serrat de y en Aragón. O mucho. Y no es un encuentro como el de Loquillo
con José Lapuente, admirado el primero de la libertad de expresión que gastamos
en Zaragoza. Amigo de Sopeña. Tampoco por ser Serrat íntimo amigo del abuelo
Labordeta. La nova cansó cuatribarrada. No, Serrat tiene con Aragón un vínculo
umbilical. Madurado en las entrañas del Poble Sec, donde tantos bajo aragoneses
fueron a vivir casi a las mismas calles. Sus insuperables
letras primeras en catalán, también lo son cuando suenan en castellá. ¿De donde
viene ese dominio, esa síntesis, esa fina y salvaje ironía?
De Machado, claro está. Pero yo también creo que es humor,
respeto, distancia y dolor belchitano por la parte de la leche de mamar
aragonesa que le dieron. Belchite, Caspe como Alcañiz, os contará cualquiera,
fueron colectivizadas y bombardeadas por los dos bandos. Esa mirada aragonesa de Serrat. Me diréis: no hay miradas
aragonesas ni no. Ya, ya. Yo soy hipernavarro de origen y no miro como mis
primos, miro más adentro. El noi del Poble Sec, Carrer nou de la Rambla y del Roser.
Este año el aceite de Belchite ha sido elegido el mejor de
Aragón, lo llegaremos a pagar a 20 euros el litro. En vez de poner el pueblo
viejo, vamos a dedicarle a Serrat, olivo viejo de la democracia española, esta
imagen de una pintura de olivos con 1.000 años de Belchite, incluso alguno
lo plantarían los romanos, como los que nuestro amigo navarro ya berdunés David
de Teodora tiene en su almazara de Cascante, cerca de Tarazona.
Serrat es también nuestro poeta, de las emociones y de los
pasos ganados y perdidos. Cada uno tenemos la nuestra de Joan Manuel –nombre
tan acreditativo de su bilingüismo militante, cobarde lo llama Jiménez
Losantos, elegante para mí por excepción- Días de mucho, vísperas de nada, mi
poema favorito del maestro:
Y con la resaca a cuestas
vuelve el pobre a su pobreza,
vuelve el rico a su riqueza
y el señor cura a sus misas.
Se despertó el bien y el mal
la zorra pobre vuelve al portal,
la zorra rica vuelve al rosal,
y el avaro a las divisas.
Se acabó,
el sol nos dice que llegó el final,
por una noche se olvidó
que cada uno es cada cual.
Vamos bajando la cuesta
que arriba en mi calle
se acabó la fiesta.
vuelve el pobre a su pobreza,
vuelve el rico a su riqueza
y el señor cura a sus misas.
Se despertó el bien y el mal
la zorra pobre vuelve al portal,
la zorra rica vuelve al rosal,
y el avaro a las divisas.
Se acabó,
el sol nos dice que llegó el final,
por una noche se olvidó
que cada uno es cada cual.
Vamos bajando la cuesta
que arriba en mi calle
se acabó la fiesta.
06/04 Luis Iribarren.