He tenido un día completo en Madrid junto a otras 60 personas que hemos ido a presentar iniciativas y solicitudes de trabajo para que los trenes directos que van desde Madrid a París, paren en Zaragoza, como hacen en Figueras o en Carcassonne, ciudad francesa de menos de 50.000 habitantes, contra los 700.000 de Zaragoza más sus ciudades aledañas que también emplearían nuestra ciudad como punto de origen.
Los más de 30 cargos nacionales, provinciales o locales de Zaragoza hemos acudido sabiendo lo complejo de esta iniciativa pues el respeto a Aragón o a Zaragoza es desgraciadamente mínimo en Madrid.
Pero hay que creer en lo que necesitamos, pues solo creyendo profundamente en nuestras capacidades y razones lograremos seguir trabajando en pos de conseguirlo. Nadie va a defender Aragón o Zaragoza desde fuera de nuestras tierras, pero lo duro es que incluso desde dentro de nuestro territorio hay también muchas veces una incomprensión absurda. Incomprensión que no emplean el resto de territorios de este Estado.