26.1.14

Nombres de algunas acequias viejas de la Zaragoza de hace un siglo

Conocido por muchos es que Zaragoza guarda nombres de lugares antiguos para seguir llamando así a zonas hoy consideradas modernas, aunque muchas de ellas se han ido perdiendo en las memorias viejas.

 La acequia de la Romareda sería un ejemplo sencillo de lugar actual, pero junto a ella estaba también la acequia del Viñedo Viejo. Quedó la primera. Hoy nadie entendería bien que la zona residencial hacia el Seminario se llamara Viñedo Viejo aunque queda bonito.

Hace un siglo teníamos la acequia del Sábado o la del Alfaz junto a la Almenara de las Adulas. Tuvimos bien céntrica la acequia del Ontanar, cerca de la acequia del Plano o de la del Ojo del Gallo, cerca del barrio de San José. Un poco más hacia Miguel Servet estuvo la acequia de la Filla famosa por su abundante asquerosidad final con agua negras y espesas como el petróleo. 

Hacia Las Fuentes tuvimos la acequia de la Codera de Cantalobos y si cruzábamos el Ebro hacia la desembocadura del Gállego nos podíamos encontrar con la acequia Honda que desembocaba en el Ebro tras cruzas el camino del Vado, tomando aguas de la acequia de Cogullada.

Por el Rabal teníamos hace un siglo la acequia del Jabonero, el brazal de Sancho, y como es lógico la acequia del Rabal. Por debajo estaba la acequia de las Pasaderas que cambiaba de nombre más al norte por el de acequia del Cascajo. Cerca del actual ACTUR estaba la acequia de Juslibol de la que partía la acequia de Ranillas, cerca también de la acequia de Hortilla y de la acequia de Sanfonada (dicen que con ese y no con zeta).

Por encima de la Aljafería hacia una acequia llamada de Almozara de la que toma el nombre el actual barrio y más al sur otra de nombre acequia de Almotilla muy cerca de la entonces (hace un siglo solo) fábrica nueva de guano.

Pero ninguna tan conocida por muchos como la famosa acequia de Las Adulas que atravesaba todo el camino de las Torres actual llevando una gran cantidad de agua a las huertas de la zona sur de Zaragoza. Al final del suroeste teníamos las acequias de la Media Legua y la de La Cartuja por la zona de Miraflores para completar una visión de Zaragoza llena de acequias que suministraban agua a las huertas que rodeaban la ciudad a cambio de hortalizas y verduras para Zaragoza.