Esta pequeña obra de arte se encuentra en la entrada de El Tubo de Zaragoza, en la trasera de la iglesia de San Gil. Restaurada ofrece una curiosa manera de dar la bienvenida a quien pasea por estas estrechas calles zaragozanas, aunque pocos alcen la vista para verla sobre la pared. Un texto en mármol acompaña la escultura. “Alabado sea el Santísimo Sacramento del Altar”. No conozco la historia de la motivación de esta piedra de mármol tan bellamente esculpida, pues me gustaría poderla compartir.