15.1.14

Joaquín Costa, un revolucionario curiosamente muy actual en sus ideas

Este cuadro del pintor Victoriano Balasanz pintado en el año 1913 nos muestra a un Joaquín Costa estadista con todo su carácter duro y casi arrogante, que se conserva en el Ayuntamiento de Zaragoza

Joaquín Costa era un creador de ideas pero era también un crítico duro con sus vecinos aragoneses, se va trasformando con la edad desde una ideología más conservadora a unas ideas claramente socialistas que hoy sorprendería conocerlas pues gran parte de ellas se están solicitando desde los Movimientos Sociales de la calle.

Repasemos algunas de estas ideas ¿revolucionarias? que en el año 1900 nos planteaba el aragonés Joaquín Costa. Repasémoslas con calma.

Más presupuesto para educación, para investigación, para obras hidráulicas.
Acercar a España a Europa y alejarla de África
Reforma educativa para compararla a la europea
Abaratamiento de los alimentos de primera necesidad
Destrucción del sistema político del momento
Mejorar carreteras y comunicaciones
Expropiación de tierras para repartirlas entre los que las trabajen
Creación de huertos comunales
Mejorar los contratos laborales, los seguros sociales y las jubilaciones
Lograr que Europa confíe en España
Cambiar el poder judicial
Autogobierno municipal
Supresión con mano de hierro del caciquismo y los gobernantes tramposos
Prohibir que continúen en los gobiernos de todo tipo aquellos que hayan gobernado en los últimos 25 años
Crear una economía de Estado más popular
Colectivismo agrario e industrial

Como sus planteamientos los sabía él imposibles de cambiar en una España dominada por las oligarquías imperantes, anunciaba que solo la mano de hierro sería capaz de hacer cambios en la sociedad española. Estos planteamientos, sacados del contexto de aquellos años de la historia gris de España, ha llevado a algunos malintencionados a calificar a Joaquín Costa como un precursor del fascismo, más cuando algunas de esas ideas sirvieron para el Golpe de Estado de Miguel Primo de Rivera del año 1923, doce años después de la muerte de Joaquín Costa.