Hoy y por casualidad me he encontrado con el personaje
aragonés de Lupercio de Latrás, un célebre bandolero aragonés del Valle de
hecho nacido en el año 1555 y que murió a los 35 años en Segovia tras ser
considera un gran bandolero, contrabandista, espía y soldado del siglo XVI,
tanto como para dejar huella y recuerdos literarios.
Hijo de posibles ya de muy joven era un bronco vecino de
Hecho que instigó violentas peleas e incluso asesinatos que culminaron con una
condena a muerte que logró conmutar a costa de irse como soldado a los Tercios
de Sicilia, tras dejar malos recuerdos de sus andanzas por el Pirineo o el
Somontano aragonés.
Con 25 años de edad y tres antes de tenerse que ir a Sicilia
ya se había intentado apoderar del castillo de Aínsa con 50 hombres a su cargo.
Como militar llegó a ser capitán de infantería, recibiendo el encargo de
reclutar 200 hombres elegidos por él mismo de los más granado de sus amigos del
Pirineo aragonés para formar un batallón de operaciones especiales del siglo
XVI en Sicilia.
Al enterarse del estallido de la Guerra de Ribagorza del año
1588, desertó del ejército y se unió al conde Fernando II de Ribagorza o de
Gurrea, enfrentándose al poder real y a todos los aragoneses nobles de aquellos
años. Un figura, vamos.
No contento con aquella guerra participó también en el mismo
año contra los moriscos en tierras de Codo, Pina de Ebro o Quinto de Ebro, en
donde dicen que entre saqueo y matanza exterminaron a más de 300 moros vecinos
de esta última localidad de manera brutal cuando no salvaje. Aquel año aun
intentó conquistar Sádaba, Benabarre, Zuera o Barbastro, como localidades a
saquear por sus hombres como sueldos a sus fechorías.
Dicen las malas lenguas que además trabajó como espía para el
Rey Felipe II de las tropas de Francia e Inglaterra que se movían por donde
Lupercio podía averiguar datos, y que a su conocimiento del sur de Francia se
unía que se fue a vivir a Inglaterra como espía trabajando en un navío de
inglés de piratas donde fue detenido por última vez. Detenido en Santander se
le trasladó a Segovia donde fue ajusticiado por órdenes del Rey Felipe I de
Aragón (Felipe II de Castilla) cansado ya de tantas fechorías de Lupercio.
El escritor Vicente Ara Otín publicó un libro sobre
su vida y obras. Y si quieres conocer mejor a Lupercio entra aquí y te contarásmás fechorías de su corta vida.