Nadie tiene duda en Zaragoza que el campo de fútbol de San
José no se iba a realizar nunca. Más tras la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Aragón (TSJA) que anula toda la tramitación administrativa.
Como tampoco casi nadie duda hoy que la
ocasión de hace 8/10 años para haber arreglado casi sin coste el actual campo
de La Romareda propuesto por Chunta Aragonesista hubiera sido una solución excelente
si no hubieran mediado partidos políticos envidiosos que llevaron a los
juzgados la paralización que luego nunca fue bien resuelta. Envidiosos por no haber tenido ellos la idea de hacer algo sin casi coste, a cambio de usos comerciales, algo que en otros campos de fúlbol de equipos españoles o europeos ya han realizado sin problemas.
Hoy seguimos peor que entonces, nos hemos gastado varios
millones de euros en proyectos colorines y orientales, para demostrar que al
menos sabemos dibujar bien. Pero de dar soluciones nada de nada.
Aquellas familias potentes que compraron fincas y fincas en
los alrededores del futuro campo de fútbol de San José estarán que trinan pues
ahora no saben qué hacer con tantos campos de alfalfa. Bueno, esperar a que
resucite la idea de llevar hasta allí la ampliación de Zaragoza, que nadie sabe
en qué década será.
Sin duda hay que replantearse un nuevo urbanismo para la
Zaragoza del futuro, con varios retoques fundamentales, con planteamientos de
futuro más humanos, más cerca de una ciudad humanizada y no extensa que solo
sirve para gastar más dineros públicos para nada.