15.8.16

Cultura del chopo cabecero o álamo, en el sur de Aragón

En el Gobierno de Aragón y desde la Dirección General de Cultura y Patrimonio se ha iniciado un procedimiento para declarar de la “Cultura del chopo cabecero” (álamo o chopo negro (populus nigra), que se trabaja sobre todo en el sur de Aragón, como Bien de Interés Cultural Inmaterial.

El manejo y aprovechamiento del álamo o chopo negro es un ejemplo singular e histórico de la relación del ser humano con la naturaleza, así como de la configuración de paisajes antrópicos a través de una actividad extractiva tradicional que se viene realizando durante muchos siglos en gran parte de Aragón.

La escamosa, el desmoche o trasmoche consiste en la poda simultánea de todas las ramas del chopo en sus plantaciones y a una altura superior a la que puede acceder el ganado, para dejarle las ramas bajas y poder aprovechar para otros usos las superiores. Forman parte de esta cultura los oficios tradicionales asociados a esta actividad (elaboración de cal, arquitectura tradicional, cestería, etc), las herramientas y aperos empleados o el aprovechamiento específico del entorno natural. No menos importantes son los usos sociales vinculados al chopo cabecero: rituales festivos o la colaboración familiar y vecinal ligada a la escamonda o desmoche.

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Nacho Escuín, director general de Cultura y Patrimonio del Gobierno de Aragón, ha explicado que "se pretende dar respuesta a una propuesta que ha nacido desde la sociedad aragonesa, a través de  diferentes asociaciones e instituciones” reclamando atención a esta actividad económica y natural, pues "genera evidentes beneficios por su marcado carácter turístico y cultural, y ayudará a que mucha más gente se interese por conocer la cultura del chopo cabecero y a comprenderla", pretendiendo “reconocer una técnica, una actividad que tiene que ver con el chopo, pero fundamentalmente con las tareas de poda. Una manera de reivindicar cómo la mano del hombre interviene directamente para generar un paisaje singular que en diversos valles de Aragón resultan especialmente significativos".

En la actualidad, el principal destino de la leña procedente de la escamonda es el combustible, dada la larga temporada de heladas sobre todo en la serranía ibérica. Hace apenas unas décadas eran aún más diversos los usos del chopo cabecero, empleándose las vigas que eran una madera muy apreciada por su ligereza y resistencia. La ganadería se beneficiaba del forraje, y también las zonas plantadas de chopo servía como elemento de protección de zonas de aluvión, pararrayos e, incluso, favorecía la creación de microclimas locales.

Los cambios en las técnicas y en los materiales de construcción, el éxodo del medio rural hacia la ciudad y el envejecimiento de la población truncaron la continuidad en el manejo del chopo cabecero a partir de los años 60 del siglo XX. Hoy en día se conserva en Aragón el mayor número de ejemplares de chopo cabecero de toda Europa, en concreto en las comarcas de Daroca, Ribera Baja del Ebro, Campo de Cariñena y Campo de Belchite en la provincia de Zaragoza, y en las comarcas de Comunidad de Teruel, Cuencas Mineras, del Jiloca, Gúdar Javalambre, Maestrazgo y Bajo Martín, en la provincia de Teruel.

Ha sido clave el interés por preservar, proteger y difundir la cultura del chopo cabecero desde entidades como la Plataforma Aguilar Natural, la Asociación para el Desarrollo Rural Integral de las tierras del Jiloca y Gallocanta o el Centro de Estudios del Jiloca abriendo un proceso para declararla Bien de Interés Cultural Inmaterial.