Sección
inspirada y, por ello, dedicada a Josep Jaume Novillas, José de Romaldo, al que
le van a asfaltar hasta la abrasión el callizo irregular con recovecos,
servidumbres de paso a cada corral, que tanto ha embellecido su padre.
1.- LOS CALLIZOS NO SE DEBEN URBANIZAR COMO CALLES
Aunque medie
una subvención que haya que gastar… Aquellas
conexiones entre corrales generadas en municipios pequeños aragoneses por pura
cesión de propietarios que los tienen escriturados, no deben urbanizarse sino
mínimamente, con la menor agresión paisajística.
De la peculiar iglesia románica de
Majones, alejada de su casco urbano, parten cuatro callizos con murete de
piedra. Convertirlos en calle cementada afectaría por completo a la perspectiva
de la iglesia
Deben ponerse
en valor sus recovecos, su irregularidad, su carácter zen –hechos y consentidos
poco a poco por distintas generaciones- no apostando como en los mini jardines
rurales por hacer mini Versalles.Nuestros
núcleos serán más bellos cuanto más rústicos.
Solo los
caminos más anchos hacia cementerios, hospitales –paradas de autobús en
Sobrarbe y Serrablo- tienen verdadera vocación de futura calle.
Ejemplo de famoso callizo-plaza ansotano.
Piedra de río y no cemento. Ejemplo más auténtico de su singular urbanismo
En el resto,
que haya hierba que mantengan rasas las gallinas. Y que se nos
deje respirar haciendo jardines sobre lo público que regaremos los vecinos. Los
que tenemos verdadera vocación de hacer contribuciones personales, que antes
eran obligatorias.
Basta de
cemento por todo. Donde allá irregularidades que se mantengan, como en las
imposibles medianeras de Ansó donde cada casa se separa de la del al lado para
que caiga la nieve.
Y volvamos al
uso de pedreguilla de río en Huesca o de piedra caliza o rodena en Teruel. Para
que por poco dinero nuestros pueblos tengan más encanto.
24/08 Luis Iribarren.