En El Periódico de Aragón de hoy, Leticia Crespo, concejal de Chunta Aragonesista en el Ayuntamiento de Zaragoza nos deja un texto clarificador sobre lo acontecido sobre Averly, un ejemplo negativo de la gestión que desde las instituciones se hace sobre el Patrimonio de todos. Hace un repaso a la historia del proyecto de rehabilitación y aprovechamiento de la zona, para terminar sintiendo que Zaragoza no haya podido conservar un espacio sobre el que existían muy diversos proyectos de puesta en valor para una gran ciudad. El artículo deja también dos titulares que es bueno remarcar.
“Averly: la agonía de una joya”
“ZeC, si realmente se lo hubiera propuesto, podría haber hecho mucho más para evitar el derribo”
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Ya no hay vuelta atrás: las máquinas han entrado en Averly y han empezado a demoler la parte no protegida de la factoría. ¿Cómo hemos llegado a esta situación? Para comprender temas tan polémicos como éste conviene sentarse y analizarlo con la suficiente perspectiva. Desde que en 2012 el grupo Brial adquirió los terrenos de la antigua fundición para construir una zona residencial, permitida por el PGOU desde 1968, surgieron voces contrarias, que empujaron a la Dirección General de Patrimonio del Gobierno de Aragón a proteger el 32% de la superficie como Bien de Interés Cultural, salvaguardando así la portada principal, el edificio de la vivienda del propietario y su jardín, las oficinas y el taller de ajustes.
En diciembre de 2013, desde Chunta Aragonesista solicitamos informes técnicos para valorar la petición de Apudepa para declarar Averly Monumento de Interés Local. Seis meses más tarde, apoyamos en la Gerencia de Urbanismo suspender el plan especial y la tramitación de la licencia de derribo de la parte no catalogada, tras conocer que la Fiscalía General del Estado veía posibles irregularidades.
Una suspensión confirmada en julio de 2014, cuando a nuestros votos se unieron los de PSOE e IU, mientras que el PP se abstuvo. Sin embargo, el plan especial recibió un nuevo impulso, ya que socialistas y populares se pusieron de acuerdo para reactivarlo, con la abstención de IU y el voto en contra de CHA, que se negó tajantemente a impulsar el plan especial mientras el asunto seguía en los tribunales. Esta decisión fue ratificada en el pleno de julio, cuando, como en otras ocasiones, solo CHA se opuso a esta decisión.
En octubre de 2014, Urbanismo desestimó la catalogación de la parte no protegida de la factoría. Nuevamente PP y PSOE se unieron para tumbar la petición de Apudepa, apoyada por CHA e IU. Un año más tarde, el Supremo desestimó por una cuestión de forma el recurso de Apudepa y avaló la construcción de 200 viviendas en la parte no protegida. La propiedad volvió a solicitar la reactivación de la licencia de derribo y del plan especial.
En una muestra de inacción política, el gobierno de ZeC dejó pasar los meses, hasta que toda la oposición solicitamos un pleno extraordinario en marzo de 2016. En esta ocasión, PP, PSOE y Ciudadanos aprobaron tramitar la licencia de derribo, mientras que CHA y ZeC votamos en contra. Nuestra postura entonces, como siempre, fue la de agotar todas las posibilidades para salvar Averly, incluida la de negociar con la propiedad.
Agotando los plazos, el gobierno llevó la tramitación de la licencia de derribo a la Gerencia de Urbanismo de junio de 2016. Pablo Muñoz realizó un último intento a la desesperada: propuso aceptar parcialmente las alegaciones de Apudepa, que supondría la suspensión cautelar y la protección de la parcela en su totalidad. Sin embargo, la petición del PSOE de dejar el expediente sobre la mesa contó con los apoyos de PP y C's, lo que en la práctica significaba dar luz verde al derribo.
El desenlace ya lo conocemos. Transcurrido el mes de plazo dado graciosamente por la propiedad para negociar una alternativa y sin haber acuerdo, el Gobierno, esta vez en una posición de debilidad y con la licencia de derribo concedida, volvió a traer el expediente sin apoyos suficientes para aprobarlo. Ante el riesgo de que fuera rechazado, nos vimos obligados responsablemente a solicitar su retirada, lo que no evitó que al día siguiente las máquinas entraran en Averly para acabar con lo que fue una de las joyas del patrimonio industrial aragonés.
A pesar de todos los esfuerzos, no ha sido posible salvar Averly. Una vez más, han primado los intereses económicos sobre la defensa del patrimonio. Y es que PP y Ciudadanos siempre han apostado claramente por el derribo, una opción auspiciada también, aunque de una forma más sibilina, por el PSOE.
Sin embargo, estamos convencidos de que el gobierno de ZeC, si realmente se lo hubiera propuesto, podría haber hecho mucho más para evitar el derribo, no dejando pasar un año sin mover ficha. Somos conscientes de que la propiedad privada tiene legítimos intereses. Por ello, siempre hemos apoyado la negociación y nos hemos interesado por los contactos del consejero de Urbanismo con Brial.
Por nuestra parte, hemos defendido la postura más coherente. El ADN de Chunta Aragonesista incluye defender el patrimonio industrial. Siempre hemos apostado por la protección integral del conjunto arquitectónico industrial, por su valor patrimonial y por su emplazamiento clave. Casa Soláns, Harinera de San José, Seminario o Azucarera, son ejemplos de equipamientos recuperados por CHA y puestos a disposición de la ciudad. Desgraciadamente, Averly no ha podido unirse a esta lista. La historia de las ciudades se merece representantes políticos que las respeten, para que el pasado no derribe el futuro, sino que lo construya.