Decía en esta entrada anterior que hablaría de la Ley de Capitalidad con más información pues la considero una Ley muy importante para Zaragoza ciudad. Desde este día (han pasado 9 jornadas sólo) mis informaciones amplias y provenientes desde diversos lugares han sido más que suficientes como para aseguraros que mi entrada anterior peca de violencia verbal y de equivocaciones tácticas que no debería haber cometido. Y como es de lógica asumir los errores, uno pide disculpas por los nervios y toma la decisión de rectificar, informando.
La Ley de Capitalidad sin contenido económico no sirve de nada. Pero la Ley de Capitalidad sin una negociación excelente por todas las partes, será imposible y además no servirá más que para crear conflictos añadidos sobre todo en el futuro.
La Ley de Capitalidad es mucho más que una cantidad económica. Zaragoza ofrece a sus vecinos servicios impropios que no debería por ley ofrecer, pero que su sociedad necesita y que los paga el Ayuntamiento. Y además el Ayuntamiento de Zaragoza soporta el coste de miles de ciudadanos que sin depender de este ayuntamiento sí se benefician de los precios políticos que sufragamos con impuestos todos los zaragozanos.
Pero si bien en la Ley de Capitalidad se sentarán las bases para compensar al Ayuntamiento por estos gastos impropios, no será una cantidad “a más” de la que ya se recibe, sino una cantidad fija a compensar por los servicios prestados, y que a partir de la firma de esta Ley de Capitalidad ya no recibirán compensación desde el Gobierno de Aragón excepto la cantidad final y anual que se acuerde.
Pongamos un ejemplo. Hasta ahora cuando en Zaragoza se decidía crear una instalación educativa o sanitaria, el Ayuntamiento ponía el terreno y la DGA el dinero para construir el equipamiento. Dentro de una Ley de Capitalidad esto puede seguir siendo igual que hasta ahora o no. Depende de lo que se acuerde. Todo puede quedar abierto en la negociación. Es decir, la independencia del ayuntamiento que recibe, sea Zaragoza en este caso, u otros como ya tienen leyes parecidas, es mucho mayor, pero eso no quiere decir que sea mejor.
Dicho de otro modo. Una Ley de Capitalidad con una cantidad acordada de 10 millones puede ser más beneficiosa para una ciudad que una Ley de Capitalidad acompañada de 60 millones. Depende de muchos factores de la negociación.
Un error básico —pero perdonable por el poco tiempo en la gestión— lo tuvo el Presidente Lambán al decir que en los primeros 6 meses de 2016 tendría Zaragoza su Ley de Capitalidad. Las prisas son muy malas consejeras, pero además es que si hacemos caso a lo que en realidad representará esta ley, nos parece imposible esta fecha pues en la negociación se pondrá muchos asuntos sobre la mesa. E incluso es bueno que así sea.
Es cierto que sin Ley realizada, formada, edificada con unos contenidos que pueden ser muy variados, es imposible dotar a la misma de una cantidad económica en unos Presupuestos 2016. Sobre todo porque esa cifra condicionaría ya todas las negociaciones futuras. Eso no quiere decir que en los actuales Presupuestos de 2015 ó 2016 no hay consignaciones presupuestarias que vayan directamente a la ciudad de Zaragoza y que sin duda desaparecerán en cuanto se firme la Ley de Capitalidad. Sin Ley es imposible añadir cantidad alguna que acompañe a lo que no existe, ni aun haciendo trampas contables, pues toda cantidad no es “a más” como ya he dicho antes, sino “a cambio de” donde sin duda saldrá beneficiada la ciudad de Zaragoza, pero no en la totalidad de la cantidad final presupuestada.
Es cierto que Zaragoza ciudad es una de las peor dotadas económicamente por los poderes superiores, si la comparamos con el resto de ciudades españolas de su tamaño. De esto no hay duda y de esto es de lo que hay que negociar duramente. Todo tipo de acuerdos de prestación de servicios que se han ido realizando desde el Ayuntamiento de Zaragoza con DGA, DPZ o Gobierno central han sido insuficientes. Han sido unas negociaciones de “Poder con dinero” contra “Poder con necesidades”. Zaragoza ha salido perdiendo y es hora de compensar y modificar estos errores acumulados. Por eso entre otros motivos, una Ley de Capitalidad rápida será un error, una Ley de Capitalidad media vacía será peor que la actual situación, una Ley de Capitalidad sin que desde el Ayuntamiento la negocien las persona que saben lo suficiente sobre las necesidades de Zaragoza será una grave equivocación para el futuro.
Julio M. Puente Mateo