La CHA está gestionando con pulso firme la interesantísima
competencia de turismo contenida en su departamento con magro presupuesto
inversor. Pero desde el Gobierno de Aragón se está activando de forma positiva
la gestión en ilusión, el reconocimiento de nuestros activos empezando por los
menos evidentes: Fonz o, habría que continuarlo, el sector de turismo de servicios pirenaico de
la no nieve.
La potenciación inteligente de la Hospedería de San Juan de
la Peña, la de la trufa de la Canal de Berdún –dos marcas registradas
compitiendo desde el mismo pueblo es un matiz feo y poco navarro, demasiado
aragonés para mal-, la de los restos y yacimientos de Oza en la Val d’Echo, la
micología y caza como potenciadores de desarrollo rural… vienen pasando en
Jacetania y requiriendo muchísimas menos inversiones y subvenciones públicas
que el monocultivo aparente nival. Que también está provocando interesantes
fenómenos après ski como los conciertos de Formigal, continuación en invierno
de Pirineos Sur.
Uno de los tesoros escondidos de Jacetania es el Aeródromo
de Santa Cilia, ¿suficientemente conocido? que nos ha servido a los jacetanos
para ver nuestro país a vista de pájaro y al Gobierno de Aragón extinguir más
apropiadamente incendios. Hablábamos de la buena gestión continuada, que
reconoció recientemente Soro, de Tarnac en Teruel.
En paralelo y tras una crisis de gestión, el aeródromo de
Santa Cilia –tan visitado por pilotos de vuelo sin motor del norte de Europa- ha
comenzado a ser gestionado con poco déficit por nuestro compañero de columna de blog
Jorge Marqueta, a través de la compañía Fly-Pir S.C.
que hemos heredado del anterior Gobierno de Aragón.
Los datos son elocuentes: actividad media de 180 días
–ruptura del turismo estacional- que pasarán a 250 días con el nuevo contrato,
tratándose de uno de los aeródromos con más actividad del país. Según
las cifras del Real Aeroclub de España, la actividad registrada en el aeródromo
de Santa Cilia solo es superada por la del Aeroclub de Barcelona-Sabadell. En
2014, se acumularon más de 4.000 horas de vuelo sin motor, más otras 500 horas
de vuelo con motor acumuladas por los aviones remolcadores. Además se han
recibido a 120 aviones exteriores, tanto ultraligeros como aeronaves ligeras.
Todo ello suma unas 9.000 operaciones de aterrizaje.
Además,
el número de vuelos de bautismo para personas sin experiencia (no pilotos) en
planeador ha subido a los 150. Algunos de ellos han decidido continuar con su
formación como pilotos. Ahora comparémoslo con la sonrojante actividad del
Aeropuerto de Monflorite donde solo opera Airways Aviation.
Qué
ha sido del corredor Zaragoza-Huesca de Marcelíno: la Universidad San Jorge y
su apuesta por competir deslealmente con el sector público –no me quiero
extender que me cebaré-, los pujantes mataderos de Zuera y la reforma del
mercado de trabajo, el desierto hacia Almudévar, el hundimiento de Talleres
Luna, la pujanza de la Trenza y Tolosana, el difícil día a día de Walqa, la poca
implantación logística en Phlus.
Apostemos
desde Aragón por un nuevo corredor que ya existe los fines de semana: el
corredor Jaca-Pamplona, con unas excelentes comunicaciones y una potente
agroalimentación y sector servicios en
la que profundizar. Economía real. Déficits de explotación al servicio del turismo
de gran calidad silencioso.
Para
finalizar, actividad exógena pero endógena es el aeródromo en una población
donde CHA ha gobernado muy bien, haciendo escuela de cómo gestionar pequeños
municipios ¿por qué han de desaparecer? y creando infraestructuras como su
maravilloso parque en la orilla del Aragón que han aumentado el orgullo
colectivo. O su muy utilizado y valioso albergue de peregrinos. Tengo la
intención de abrir mi columna hacia ese otro Camino de Santiago en nuestro otro
ramal-camino, el de Aragón. Cuando acabe las comparaciones zaragozanas…
Luis
Iribarren: 09/12.