En primer lugar, tras la práctica de una política de tierra quemada sobre las capas trabajadoras y sobre las personas más desfavorecidas de la sociedad, es decir, contra los que no tienen escapatoria a la presión fiscal —por estar sus ingresos controlados— y contra los más vulnerables —parias de un injusto sistema económico que les va dejando por el camino sin derecho a retorno—, el PP ha ganado y con diferencia las elecciones. Lo que seguro significa que una parte importante de la sociedad se siente cómoda con sus políticas y que se la trae al pairo lo que le suceda a la otra.
En segundo lugar, tenemos una izquierda claramente dividida, por responsabilidad propia, pero también por mor de intereses, digamos, "ajenos". Una izquierda que ha caído en las redes del poder, por un lado practicando políticas neoliberales por parte del principal partido de la "izquierda histórica" y por otro lado llevando a cabo políticas espectáculo a la americana, en connivencia con los grandes grupos mediáticos, a los cuales el negocio les ha salido redondo, ya que han aumentado exponencialmente su cuota de pantalla y, consecuentemente, sus ingresos por publicidad y a la vez han ejercido un férreo control sibilino sobre la capacidad de decisión del electorado, Tras la superación de esta prueba, ya están en disposición de aplicarla en la cadena de montaje de los pensamientos catódicos.
Estas dos cuestiones, puestas en relación con el futuro, no con el mañana más miope e inmediato, y tratándose del ámbito territorial del que se trata y con los resultados sobre la mesa, nos podría llevar a pensar que:
la ciudadanía ha elegido a la derecha (PP+C`s) para que le gobierne, con todas sus consecuencias;
que ha dado un penúltimo aviso al PSOE, diciéndole además que debe quedarse en la oposición, a todos los efectos;
y a quienes creían que era factible asaltar el cielo, sin subir peldaño a peldaño la escalera, cambiando las calles por los platós de televisión, pues, que deberán esperar;
además, a los románticos irredentos, a éstos sí, les ha dado el último aviso.
Quizás todo esto es lo que haya querido decir la ciudadanía, o no, quien sabe. Quizás también pudiera ser que sea lo que le hayan dicho que diga, y eso si que sería triste, lo que nos haría bajar de nuevo al suelo.
Buen año 2016 para los lectores de este blog y que la razón, la virtud, la inteligencia y, por qué no, la fortuna, sean parte de nuestra compañía.
Antonio Angulo Borque