Nadie duda de que la limpieza de las grandes ciudades se asientan sobre dos actos bien distintos. Una correcta gestión de la limpieza pública en todos los aspectos, y una responsabilidad asumida por todos los vecinos. De lo primero en Zaragoza tenemos que mejorar y controlar más y mejor. De lo segundo tenemos que aprender y explicar más hasta convencer. Hay ciudades más sucias que Zaragoza, tanto en España como en otros países europeos de primer nivel. Pero también las hay más limpias y nuestra obligación es acercarnos hacia la excelencia, más cuando esto es trabajo de todos nosotros. Un poco más y mejor limpieza desde todos los zaragozanos, y un control mayor de lo que se realiza desde la gran factura que pagamos por la limpieza pública.