2.1.16

Las tres Zaragozas, como poco. La normal, la de las nieblas, y la del desierto

Vivir en Zaragoza es como vivir en al menos tres ciudades diferentes. Acabo de pasar por el anuncio termómetro que en verano me asusta a veces con sus 46 grados. Hoy la niebla lluviosa casi no me deja ver los 3 grados húmedos que me volvían a quemar. Vivir en Zaragoza es como vivir en Birmingham y Marrakech todo a la vez. Nos unen también los mercadillos y las calles comerciales. El mercadillo callejero de Navidad en la primera y las excelente confiterías de la segunda. Con las dos, la amabilidad.

Vivir en Canarias debe ser aburrido, siempre en primavera. Al principio gusta, pero pasados los 50 años tienes que ir buscando el cambio si eres de allí. A la misma edad en que aquello se llena de otros cincuentones de recambio que les llegan de otros mundos.

Zaragoza eso es lo que no tiene, el turismo que se quede. Aquí quien viene vuela, si tiene agallas duerme un día o dos, pero la mayoría hacen tula y se nos van sin conocer la Zaragoza de noche que es una de sus mejores atractivos. Por la noche ni hace niebla ni 46 grados. Al menos dentro de los garitos.