Leo con calma una entrevista en Heraldo a
Violeta Barba, candidata de Pablo Iglesias para liderar Podemos en Aragón con
el lema “Claro que Podemos”, y me vuelven a sorprender sus ambigüedades. Las suyas y las de
su candidatura. No suelo criticar a Podemos simplemente por representar sin
duda a un gran movimiento social y político que está atrayendo a un gran número
de ciudadanos aragoneses. Pero las ambigüedades a estas alturas ya no nos
sirven para nada en Aragón.
Que en su candidatura arrope a viejas
guardias del pensamientos progresista aragonés es importante pero no
suficiente. Se necesita, como muy bien saben ellos, a personas con ideas nuevas
pero sobre todo además tengan arrestos diferentes. Aragón necesita soluciones,
capacidades de gestión limpia pero también de gestión capaz.
No me ha cabido la duda, en ningún
momento, que de llegar al poder lo primero que harían desde Podemos iba a ser
una gran auditoría. Lo ha dicho este blog en varias ocasiones. Es un mecanismo
perfecto para ganar tiempo e información, algo de lo que hoy carecen en Podemos.
Pero la verdad es que el resultado de una auditoría —con todo de que sin duda
es necesaria— no marca los caminos a emprender para resolver problemas. Es una
fotografía, no un diagnóstico. Es una radiografía del momento pero a partir de
ella y sabiendo hoy ya lo que nos va a enseñar, se necesitan pinceladas cuando
menos gruesas de por donde deben ir las decisiones.
La ilusión es necesaria, pero no es el
motor. O al menos no debe serlo. Tremendamente me preocupa que insistan en su
manía de no querer decir que son de izquierdas siendo que claramente vienen de
la izquierda. ¿Por qué esa manía de no querer decir que son de izquierdas? ¿A
quien quieren engañar? Yo soy de izquierdas, de lo más de derechas que se puede
ser siendo de izquierdas. Y lo digo. Y lo saben quienes me admiten. Nunca hay
que engañar a nadie para lograr que te admitan. ¿Cómo es posible sembrar ambigüedades
teniendo en su equipo a personas claramente MUY de izquierdas desde hace décadas?
Pero si es muy positivo ser de izquierdas ¿no?
Julio M. Puente Mateo