25.2.15

En el Debate del Estado de la Nación no se escuchó a Aragón

Solo un cierto grado de morbo me hizo permanecer parte de mi propio tiempo personal escuchando el Debate del Estado de la Nación en un año tan duro como este 2015. No podía ser tan osado de esperar en ese mitin preelectoral del Presidente del Gobierno algo ilusionante que me sacara del abatimiento y me devolviera la esperanza.

Tampoco esperaba algo diferente de una oposición que está tan deprimida como lo está la ciudadanía, pero además con problemas internos, ofreciendo una réplica sin sustancia y con argumentos que todos conocemos y sufrimos.

A las personas que sobreviven con sueldos miserables, poco o nada les importa las hipotéticas cifras millonarias de puestos de trabajo que dicen se van a crear. Que el Ibex suba para enriquecer a los de siempre, tampoco les alegra el día. Que la prima de riesgo baje, solo les produce decepción al comprobar que lo que el gobierno de Rajoy se ahorra al pagar menos intereses va al rescate de Bankia, lejos de invertirlo en lo básico: educación, sanidad y crear empleo. Que el PIB del país vaya a crecer un 2,4% , les suena a chufla cuando ven cómo han bajado las nóminas de los que menos ganan porque, solo han subido las de quienes más cobran.

Cifras y mentiras que nos ocultan la realidad. Si de cifras queremos hablar expondré algunas.

El Papa en su visita a Israel, pone a España como ejemplo de país caótico en paro juvenil y en tasa de emigración de jóvenes a otros países comunitarios.
El paro en España supera el 23% y es el cuarto país en riesgo de pobreza, por no poner más desalentadoras cifras.

Pero en el debate también me preocupó no escuchar la voz de Aragón al hablar de trato igualitario. Ningún partido, ningún diputado o diputada habló de los problemas de Aragón ni de sus necesidades. 

Mientras, en Zaragoza viene Albert Rivera de Ciudadanos a decir muy claro que su partido quiere el agua para todos y todo lo que eso representa para lastrar nuestro futuro. Y aun así sigo teniendo fuerzas para defender Aragón.

Daniel Gallardo Marín