Nadie en Aragón ni en Zaragoza tiene
arrestos para decirlo en voz alta, pero el destrozo de nuestra tierra, al agujero
de nuestras cuentas, la barbaridad real de nuestras instituciones y sus economías,
hace que en estos momentos todos los partidos políticos excepto Podemos y sus
brazos, estén rezando aunque no sean católicos, para no salir elegidos en las
próximas elecciones.
Y si algunos quieren entrar
a gobernar es o por simple desconocimiento de la realidad o por que les obliga su responsabilidad social. Pero todos saben que lo que viene es un trabajo brutal por levantar simplemente la moral y las posibilidades para no hundirnos, pues estos últimos años han sido para Aragón una barbaridad contable.
Las herencias recibidas siempre han sido
malas en política, los cajones vacíos eran la norma. Pero lo curioso es que
ahora se van a encontrar los cajones llenos. Curiosamente esta vez si estarán
llenos de papeles. De facturas por pagar mal contabilizadas, de números en capa
caída, de despoblación, de favores mal resueltos, de citaciones judiciales, de
responsabilidades pendientes de asumir, de incapacidades manifiestas para levantar
la cabeza.
El trabajo político en Aragón va a ser tremendo,
imposible de cuantificar. Y todo si se es capaz de dejar las cosas algo mejor,
pues lo normal es que al entrar en esta dinámica las cosas vayan por su propio
peso hacia el hundimiento contable y que sea imposible hacer nada nuevo. Por
eso algunos partidos políticos de los que ya han asumido que no van a gobernar,
dicen que van a empezar a hacer con urgencia no sé qué tontería de barrios. Así
dentro de otros cuatro años dirán que ellos lo iban a realizar y que los que
han estado no han movido un palillo.
Aragón necesita ideas que revitalicen
este territorio, pero entre quien entre lo que se van a encontrar es miseria. Y
con miseria es imposible poner en marcha las ideas propias. Incluso las ajenas.
Deberían obligar al PSOE en el Ayuntamiento de Zaragoza y al PP en el Gobierno
de Aragón estar un año más gestionando pero con el Tribunal de Cuentas de
monaguillos, que parecen ser los únicos que desde la incompetencia del cargo se
atreven a meterse con los gestores de las contabilidades creativas, y con las
nuevas corporaciones elegidas, tocándoles la moral todas las semanas.
Lo que nos vamos a encontrar a partir de
mayo lo sabemos todos. Si siguen los mismos continuaremos tapando la alfombra
para que no nos la levante el cierzo. Si cambian los propios, nos van a
levantar las alfombras y nos vamos a acojonar un poco más, pues veremos las
trampas y además la incapacidad de los que acabamos de elegir para resolver los
problemas imposibles.
Los nuevos saben que van a tener que
trabajar mucho. Que van a tener que intentar explicar lo imposible. Que las
ideas deben ser ingeniosas y las negociaciones ímprobas, pero no hay otra. Eso
y paciencia, muchas ganas de trabajar y confianza.
Se deberían acabar los tiempos en los que
se diseñaban torres maravillosas para Las Fuentes y sin contar con lo que
realmente necesitan los vecinos. Pero va a resultar muy complicado aguantar a
los vecinos otros cuatro años más sin un simple árbol nuevo que poner en los
parterres.