Cuando en un país las leyes permiten
desahuciar al dueño de una vivienda (como hoy) por una deuda de 4.000 euros
solicitados a un prestamista, que se han convertido en casi 100.000 euros de
deuda, sin duda, ese país es un caos a punto de explotar.
Mientras permitamos que por un préstamo
de 5.000 euros a 90 días tengan que devolver 6.800 euros, no podremos levantar
el país, pues además esto, todo, es legal. Es decir, toda persona que disponga
de 5.000 euros ahorrados, puede prestarlos y cobrar un beneficio de 600 euros
al mes. Si tiene 50.000 ganaría 6.000 euros al mes con su actividad. Si dispone
de 500.000 euros para esas actividades obtendría un beneficio de 60.000 euros
cada mes. ¿Les parece legal? Pues lo es. Ético no, pero es España. ¿Quién dijo
que era complicado hacerse millonario en España?
Todo esto tras pasar todas las gestiones
por una Notaria que te explica todo muy bien y firma como que te lo ha
explicado y lo entiende todo legal pues lo es, sabiendo que si no se logra
cobrar se dispondrá de la ayuda de la policía para violentamente desalojar la
vivienda embargada.
¿Qué cómo logran estas trampas legales?
Veamos, en principio no son trampas. NO. Debemos asumir que tristemente esto se
permite en nuestras leyes.
Tú acudes a solicitar un préstamo (urgente)
a un particular que no conoces más que por un teléfono y unos anuncios. No le
preguntes donde tienen la oficina hasta el final, pues no te lo dirán nunca.
Son virtuales que queda muy moderno.
Ellos que son muy amables y te dicen que
están muy dispuestos a ayudarte, te explican que hay que como es lógico poner
avales, pero que por esa cantidad no es lógico poner tu piso ya pagado como
aval del mierda préstamo urgente que necesitas para pagar la luz. Y te lo crees
y llegas a amarlos. Y entonces sacan de la manga la trampa final.
Te dicen que los 5.000 euros te costarán
en 90 días 6.800 euros como ya sabes. Que si no los puedes pagar a los 90 días
tampoco pasa nada grave, pero que hay que intentarlo. Y que lo lógico es que en
vez de poner el piso de aval para esa mierda cantidad, firmes una LETRA por
9.000 euros que son los 6.800 euros que debes devolver más los gastos de
devolución de la letra y los que suponen los gastos financieros de la misma si
se devuelve y que la firmas no a 90 días sino a 120 días por poner un ejemplo.
Y todo esto, legal por supuesto, además te lo dice el notario muy claramente
pues como te insisto, es legal. Te dan 5.000 pero ya les debes, de entrada,
9.000. Jodo. Y te dicen que efectivamente si la pagas a los 90 días, solo los
6.800 que has quedado en un documento privado, ellos rompen la letra, como
sucede en todo tipo de transacción económica legal y normal. Esto es habitual
en empresas. Incluso lo era (ahora ya no lo sé) las letras de peloteo, pero esa
es otra historia.
Firmar una letra es (casi) como EMITIR
DINERO. El Banco de Europa ahora, cuando emite, imprime y firma un billete de
20 o 100 euros, está haciendo lo mismo que cuando tú firmas una letra. Poniendo
su aval TOTAL de que ese papel es verdadero y que se compromete a pagar al poseedor
lo que marca en números. Sean 20 euros o 9.000 como la letra que acabas de
firmar.
No es necesario que avales con el piso,
al firmar la letra ya estás avalando con todo lo que tienes y con lo que tendrás.
Y si por un casual vendes tu propiedad en el periodo posterior a la deuda, estás
haciendo levantamiento o alzamiento de bienes fraudulentos, para no pagar. Y
eso está muy mal y se paga con cárcel. Lo cual acojona a cualquiera.
Pero no te preocupes tampoco; si ya eres
incapaz de pagar los 9.000 euros al cabo de 120 días. Ellos te lo resuelven sin
dudar. Recuerda que te han dicho que son tus amigos. Volvemos al principio,
pero ahora en vez de por una cantidad de 5.000 euros, te dicen que te prestan
12.000 de los que tendrás que firmar una letra por 20.000 aunque en realidad
solo les tendrás que pagar a los 90 días unos 16.000 euros. Son los mismos
intereses que en la primera ocasión, no han dejado de creer en ti, no te han
subido los intereses, son buena gente legal.
En cuanto debas otra vez, cuando la
cantidad sea tan alta que ellos ya saben que es imposible pagar una deuda con
otra deuda, simplemente no te cogerán el teléfono.
Lo curioso es que ya no serán ellos los
que te llamen, ese señor tan simpático y amable. No. Esas letras las han
vendido a otros prestamistas o las han convertido en líquido al meterlas en un
banco o las han empaquetado y con ellas han comprado inmuebles. Cualquier coas
puede ser. El caso es que ya no le debes 20.000 al señor que te atendía tan
bien, ahora se lo debes a no sabes bien qué empresa de China, de Suiza o de
Canadá. Te has vuelto importante, amigo. Pero te has quedado sin vivienda por
5.000 euros. Y legal.
Julio M. Puente Mateo