28.2.15

¿Es bueno o malo alargar la Línea 21 hasta Santa Isabel?

Ayer el Pleno del Ayuntamiento de Zaragoza aprobó con los 15 votos del PP y la abstención de CHA e IU (lo que facilitó su aprobación) la modificación —otra vez— de las líneas 32 y 21 de los autobuses urbanos de Zaragoza, en lo que a mi parecer es otro claro error de concepto que resulta complicado de explicar.

Por petición casi unánime de los vecinos de Santa Isabel y la Avenida de Cataluña y unánime de la Junta de Distrito de Santa Isabel gobernada por el PP, este partido presento una moción en el Pleno del Ayuntamiento para que la Línea 32 volviera por la zona de Echegaray y Caballero y evitar así la enorme vuelta absurda por el centro de Zaragoza que provoca enormes atrasos y una irregularidad clara en las frecuencias. Pero junto a esta modificación se presentó también y en conjunto —una sin la otra no la admiten— que se alargue la Línea 21 desde la Plaza Mozart hasta Santa Isabel.

¿Por qué estoy YO en contra de estas dos modificaciones en su conjunto?

Se nos llena la boca a muchos por la necesidad de hacer un Plan de Movilidad y Transportes urbano real y muy estudiado, y que cree un orden en el servicio ante estos problemas, pero con criterio de CIUDAD. Y a la primera de cambio empezamos a modificar servicios que afectan a toda Zaragoza solo con los criterios de un barrio.
Los vecinos de Santa Isabel como todos los de Zaragoza deben empelar más y mejor la intermodalidad que supone tener el Billete Hora y cambiar de autobús en la Plaza Mozart diseñada como zona intermodal, para así poder coger las líneas Ci1, Ci2, 39, 44, 21 o 28 que están en el peor de los casos a escasamente 50 metros de distancia —cuando no en la misma parada— donde se bajan del 32.
Ampliar el servicio de la Línea 21 hasta Santa Isabel supone que todos los autobuses del 21 y el 32 vayan tanto en sus recorridos de inicio como en los finales por las mismas calles, solapándose ambos entre las largas avenidas de Cataluña y Madrid. ¿No es esto motivo ya más que suficiente como para saber que esta decisión es equivocada.
En la medida en que se alargan las líneas de autobuses y se sigua pasando por zonas de tráfico denso, siempre, tiendan a perder las frecuencias, a tener problemas de cumplimientos de horarios. Los ejemplos son numerosos, donde se llegan a juntas entre 2 y 3 autobuses que circulan juntos por ir acumulando problemas de trafico y no tener una solución fácil. Y si hay dudas consultar con los conductores de estas líneas de autobuses.
Aunque el Distrito de Santa Isabel está a favor de estos cambios, los Distritos del Rabal y Delicias NO. Y no se trata de sumar vecinos, se trata de analizar lo mejor para la ciudad.
El coste de esta modificación de la Línea 21 supone un coste anual de aproximadamente 1.400.000 euros añadidos.
Hay partidos políticos que NO creen en las ventajas de la intermodalidad por su elevado coste a la ciudad. Y que están deseosos de encontrar motivos para suprimirla en cuanto ellos puedan tocar gobierno. Y esto hay que decirlo también a los vecinos de toda Zaragoza, pues si efectivamente no creemos que sea buena o no deseamos emplearla, estamos apostando por su supresión. Mucho cuidado pues con algunas decisiones que se toman sin saber lo suficiente de a qué beneficios escondidos ayuda.


Es cierto que la zona de Santa Isabel perdió la Línea 45 con la última reforma de autobuses auspiciada por la puesta en marcha del tranvía, sin que a estos vecinos el tranvía les afecte positivamente en casi nada. Pero el menor servicio a partir de ese momento no se pude compensar con errores que van a crear peor servicio en toda la zona. ¿Hay otras soluciones? Sin duda.

Que los autobuses periurbanos que circulan desde Santa Isabel al centro de Zaragoza paren para recoger vecinos en las paradas que ya existen y no solo para que se bajen, intermodelando mejor el servicio entre estas empresas y Auzsa.
Negociar frecuencias para la Línea 32 más cortas y que se cumplan, siendo la mejor medida para ello que el autobús circule por el trayecto de Echegaray y Caballero como SI plantea el PP.
En caso de no tener otra posibilidad que llevar la Línea 21 hasta Santa Isabel, bien este autobús o bien el 32 habría que cambiarlo de trayecto para que no circularan ambos por las mismas avenidas dando servicio a las mismas zonas. Algo que no se han planteado en ningún momento. Como tampoco se han planteado en serio la posibilidad de cortar alguna de estas líneas tan largas para poder mantener mejor las frecuencias y emplear más el billete hora. Algo que se puede realizar en varios puntos de sus recorridos.
Incluso cabe la posibilidad de que ajustando recorridos y frecuencias más los costes que supondría ahora aumentar el trayecto de la Línea 21, se pudiera rescatar la Línea 45 por el mismo o menor coste. Eso si, con un trayecto recortado y distinto, por el Puente de la Unión o el Puente del Pilar (por poner algunos ejemplo posible) hasta la Plaza San Miguel por el Parque Bruil para desde ese punto de San Miguel volver a subir por el Coso o por la calle Asalto.
Todo lo que simplemente sea alargar la Línea 21 hasta Santa Isabel supondrá un peor servicio para los vecinos de la zona, y un amontonamiento de autobuses 32 y 21 en las mismas paradas pero no un servicio más regular y de calidad.
Julio M. Puente Mateo