Ayer el Pleno del Ayuntamiento de
Zaragoza aprobó con los 15 votos del PP y la abstención de CHA e IU (lo que
facilitó su aprobación) la modificación —otra vez— de las líneas 32 y 21 de los
autobuses urbanos de Zaragoza, en lo que a mi parecer es otro claro error de
concepto que resulta complicado de explicar.
Por petición casi unánime de los vecinos
de Santa Isabel y la Avenida de Cataluña y unánime de la Junta de Distrito de
Santa Isabel gobernada por el PP, este partido presento una moción en el Pleno
del Ayuntamiento para que la Línea 32 volviera por la zona de Echegaray y Caballero
y evitar así la enorme vuelta absurda por el centro de Zaragoza que provoca
enormes atrasos y una irregularidad clara en las frecuencias. Pero junto a esta
modificación se presentó también y en conjunto —una sin la otra no la admiten—
que se alargue la Línea 21 desde la Plaza Mozart hasta Santa Isabel.
¿Por qué estoy YO en contra de estas dos modificaciones
en su conjunto?
Se nos
llena la boca a muchos por la necesidad de hacer un Plan de Movilidad y Transportes
urbano real y muy estudiado, y que cree un orden en el servicio ante estos
problemas, pero con criterio de CIUDAD. Y a la primera de cambio empezamos a
modificar servicios que afectan a toda Zaragoza solo con los criterios de un
barrio.
Los
vecinos de Santa Isabel como todos los de Zaragoza deben empelar más y mejor la
intermodalidad que supone tener el “Billete
Hora” y cambiar de autobús en la Plaza
Mozart diseñada como zona intermodal, para así poder coger las líneas Ci1, Ci2,
39, 44, 21 o 28 que están en el peor de los casos a escasamente 50 metros de
distancia —cuando no en la misma parada— donde se bajan del 32.
Ampliar
el servicio de la Línea 21 hasta Santa Isabel supone que todos los autobuses
del 21 y el 32 vayan tanto en sus recorridos de inicio como en los finales por
las mismas calles, solapándose ambos entre las largas avenidas de Cataluña y Madrid.
¿No es esto motivo ya más que suficiente como para saber que esta decisión es
equivocada.
En la
medida en que se alargan las líneas de autobuses y se sigua pasando por zonas
de tráfico denso, siempre, tiendan a perder las frecuencias, a tener problemas
de cumplimientos de horarios. Los ejemplos son numerosos, donde se llegan a juntas
entre 2 y 3 autobuses que circulan juntos por ir acumulando problemas de trafico
y no tener una solución fácil. Y si hay dudas consultar con los conductores de
estas líneas de autobuses.
Aunque
el Distrito de Santa Isabel está a favor de estos cambios, los Distritos del Rabal
y Delicias NO. Y no se trata de sumar vecinos, se trata de analizar lo mejor
para la ciudad.
El
coste de esta modificación de la Línea 21 supone un coste anual de
aproximadamente 1.400.000 euros añadidos.
Hay partidos
políticos que NO creen en las ventajas de la intermodalidad por su elevado
coste a la ciudad. Y que están deseosos de encontrar motivos para suprimirla en
cuanto ellos puedan tocar gobierno. Y esto hay que decirlo también a los
vecinos de toda Zaragoza, pues si efectivamente no creemos que sea buena o no
deseamos emplearla, estamos apostando por su supresión. Mucho cuidado pues con
algunas decisiones que se toman sin saber lo suficiente de a qué beneficios
escondidos ayuda.
Es cierto que la zona de Santa Isabel perdió
la Línea 45 con la última reforma de autobuses auspiciada por la puesta en
marcha del tranvía, sin que a estos vecinos el tranvía les afecte positivamente
en casi nada. Pero el menor servicio a partir de ese momento no se pude
compensar con errores que van a crear peor servicio en toda la zona. ¿Hay otras
soluciones? Sin duda.
Que los
autobuses periurbanos que circulan desde Santa Isabel al centro de Zaragoza
paren para recoger vecinos en las paradas que ya existen y no solo para que se
bajen, intermodelando mejor el servicio entre estas empresas y Auzsa.
Negociar
frecuencias para la Línea 32 más cortas y que se cumplan, siendo la mejor
medida para ello que el autobús circule por el trayecto de Echegaray y
Caballero como SI plantea el PP.
En caso
de no tener otra posibilidad que llevar la Línea 21 hasta Santa Isabel, bien
este autobús o bien el 32 habría que cambiarlo de trayecto para que no circularan
ambos por las mismas avenidas dando servicio a las mismas zonas. Algo que no se
han planteado en ningún momento. Como tampoco se han planteado en serio la
posibilidad de cortar alguna de estas líneas tan largas para poder mantener
mejor las frecuencias y emplear más el billete hora. Algo que se puede realizar
en varios puntos de sus recorridos.
Incluso
cabe la posibilidad de que ajustando recorridos y frecuencias más los costes
que supondría ahora aumentar el trayecto de la Línea 21, se pudiera rescatar la
Línea 45 por el mismo o menor coste. Eso si, con un trayecto recortado y
distinto, por el Puente de la Unión o el Puente del Pilar (por poner algunos
ejemplo posible) hasta la Plaza San Miguel por el Parque Bruil para desde ese
punto de San Miguel volver a subir por el Coso o por la calle Asalto.
Todo lo
que simplemente sea alargar la Línea 21 hasta Santa Isabel supondrá un peor
servicio para los vecinos de la zona, y un amontonamiento de autobuses 32 y 21
en las mismas paradas pero no un servicio más regular y de calidad.
Julio M. Puente Mateo