El escritor y periodista Juan Bolea nos
habla hoy de utopías en El Periódico de Aragón, dando unas pinceladas muy leves
y cortas, escasas y de pocas líneas, sobre los intentos de crear alternativas “diferentes”
a la política vieja, a esa manera diferente a la actual de hacer política,
donde hoy no se cuenta con la gente, con las ideas nuevas, con la calle, con
las necesidades claras de modificar sobre todo hábitos y ser mucho más limpios,
participativos y trasparentes, además de informativos de todo lo que se hace y
también de lo que no se puede hacer.
Se equivoca Juan Bolea en un
planteamiento, por el lógico desconocimiento interno de las organizaciones.
Chunta Aragonesista… “SI quiere gobernar” aunque como es lógico en todo
proyecto limpio y respetuoso, ni a cualquier precio ni incidiendo con medias
verdades cuando no con mentiras totales sobre un electorado para “alquilarle”
el voto. Si los aragoneses deciden que CHA gestione y dirija Aragón, estamos en
primera línea y somos capaces (yo no). Pero si no lo quieren así, nosotros
seguiremos siendo aragonesistas y seguiremos trabajando por Aragón.
CHA será lo que quieran los aragoneses,
más la suma de lo que sea capaces sus dirigentes y militantes.
Ganas y deseos, capacidades demostradas y
necesidad en Aragón para que cambien las formas: TODAS.
Pero sabemos que no son los mejores
tiempos, pues los medios de comunicación apuran hacia formas mucho más
mediáticas, estables, normales, grises. Nadie en Aragón ha querido trasmitir
casi nunca qué es CHA en realidad, en qué se diferencia nacionalismo de
aragonesismo de separatismo. Y qué peso tiene en la sociedad aragonesa y en CHA
cada opción, hoy y hace 8 o 15 años. Claro que CHA es nacionalista y además
aragonesista, faltaría más, con los vecinos geográficos que tenemos, ruados en llevarse los
frutos hacia sus huertas, o somos capaces de defender muy bien Aragón, o desaparecemos.
¿Quién va a defender Aragón, cuando todos
los que gestionen Aragón dependan de las opiniones finales de alguien de Madrid, Barcelona,
Bilbao, Sevilla o La Coruña?
Os dejo abajo el texto publicado hoy en El Periódico de Aragón, de Juan Bolea, para que sepamos todos de a qué texto me estoy
refiriendo. Y añadir para terminar que este texto solo lo firma y lo escribe
una persona totalmente libre, y militante de CHA.
Julio M. Puente Mateo
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La nueva vía de participación democrática
abierta en los países mediterráneos es, para unos, una vía de agua; para otros,
una vía de esperanza.
Grillo, en Italia; Tsipras en Grecia o Pablo
Iglesias en España representan una nueva manera de entender la política y de
participar en ella.
Todo dependerá ahora de su capacidad para
trasladar los sueños al papel, las ideas al gobierno, la crítica a la razón.
Una tarea nada fácil, y en la que otros muchos utópicos, antes que ellos, han
fracasado colectivamente, aunque en determinados ejemplos, como Fidel Castro,
sus figuras hayan pasado a la historia. Grillo, en Italia, no ha fracasado,
pero tampoco ha supuesto el revulsivo que apuntaba cuando pasó de un plató de
televisión (como Iglesias) a la arena política.
En Aragón, la última utopía la encarnó
Chunta Aragonesista.
Cuando aquel grupo de jóvenes profesores,
Chesús Bernal, Antonio Gaspar, Bizén Fuster, enarbolaron la bandera de un
Aragón de izquierdas agitaron la plácida política institucional y removieron
conciencias. La Chunta estaba, estuvo desde el principio en la calle. Desde sus
aceras querían limpiar los despachos y cambiar el mundo. Nunca llegaron a
gobernar, ni legislaron, como le pasó a Costa, aunque sí formaron parte de
alianzas de poder con el Partido Socialista, particularmente en el consistorio
de Juan Alberto Belloch.
Hoy, Chunta sigue sin gobernar, y acaso
sin querer gobernar, pero igualmente, como ha hecho siempre, continúa
defendiendo los intereses de Aragón y denunciando irregularidades, injusticias
y carencias. Algo que todavía no han hecho los señores de Podemos, que ni
siquiera se han pronunciado sobre el trasvase del Ebro. El PAR, por su parte,
que también, allá por el momento seminal de su fundación, vivió su utopía, ha
perdido frescura y romanticismo en su alianza con el Partido Popular.
Su mensaje autonomista, aragonesista, que
durante tantos años ha sonado, que tan decisivo ha sido en las luchas
estatutarias, el antitrasvase, el incremento competencial, apenas se escucha en
los últimos tiempos. Sus dificultades y divisiones internas han ocluido el
mensaje, velado la bandera, limitado su presencia a la solución del conflicto
fraterno. Reactivarse es su nueva utopía. Juan Bolea