A
cualquiera que siga la situación política actual, desde cualquier opción, no le
deberían "doler prendas" en reconocer la magnitud del acto celebrado ayer
en la Puerta del Sol de Madrid o, al
menos, llegar a analizar en su interior, si es que tiene reparo de exteriorizar
dicho reconocimiento, el hecho cierto del gran triunfo en la imagen conseguida
por un partido político que apenas ha nacido y que nada entre la indefinición ideológica
calculada y la actitud altiva de quien se sabe ventajoso en su posición de
salida.
Conseguir movilizar a cien mil personas,
con o sin motivo reivindicativo
aparente, tiene mucho merito propio,
pero también ajeno (entre los que se encuentran los que quizás nunca sean
revelados) y, por lo tanto, todo
análisis superficial o desdeñoso de la situación erraría en el
diagnóstico.
La
experiencia nos dice que el futuro que
se avecina a corto plazo va a ser muy halagüeño para Podemos y, consecuentemente,
la actual izquierda en todas sus variables,
puede experimentar lo contrario, incluso algunos puede que desaparezcan y otros
tendrán que volver a reinventarse. La marea circular arrastra todo lo que
encuentra en su camino. Después vendrá
la calma.
Este
reconocimiento no es óbice para que desde Aragón
(pues se considere como se considere a este territorio, dentro de la actual
legalidad establecida, existen elecciones municipales y autonómicas que nos
conciernen única y exclusivamente a las ciudadanas y ciudadanos de este país), debamos
abstraernos en lo posible del ruido mediático estatal y centrarnos en las propuestas concretas de las diferentes alternativas
existentes, debiendo tener en cuenta que la riqueza y pluralidad política
en Aragón, nada tiene que ver con la de otros territorios, ni con la del propio
Estado. Al menos hasta ahora.
En Aragón, desde Podemos se denigra a lo establecido, a la vieja política dicen, pero a la vez, como buen partido centralista, digitalmente, desde la Secretaría General en Madrid, se unge con el dedo divino a una candidata que, sin reparo alguno, proveniente de otra formación, pasa, no precisamente a militar en la base, sino directamente a proponerse como máxima dirigente, confrontando además su candidatura contra la de quienes llevan meses trabajando en ese proyecto.
¿Esta es la nueva política que nos
propone Podemos para Aragón? ¿Con esa propuesta quieren transformar Aragón? ¿Es
parte de su programa? ¿De nuevo decidirán desde Madrid? Pues empezamos bien…
Desde las elecciones generales de 1977 y
municipales de 1979, como decíamos, la pluralidad política ha estado siempre representada
en Aragón, siendo cierto que, desafortunadamente, parte de esa diversidad
optó desde el principio por la política rancia, clientelista e interesada,
apoyando en cada momento al mejor postor, lo que sin lugar a dudas se ha
convertido en una de las causas del
descrédito y el desapego de las aragonesas y aragoneses hacia su clase dirigente.
Esta
rémora mantenida en el tiempo, ha traído consigo dejar de creer en nosotros
mismos, en nuestras capacidades, dejar de valorarnos e, incluso, se ha instalado, conscientemente, la
ignorancia en las aulas de nuestra propia existencia e identidad, algo contra
lo que desde la política aragonesa se debe luchar y eso solo se puede hacer con
honestidad, desde Aragón y por quien se crea lo que somos y debe reflejarse
negro sobre blanco en las diferentes propuestas.
Nos
encontramos pues en un momento
especialmente apasionante para los que nos gusta la política como servicio,
comprometidos y expectantes desde la base, teniendo muy claro que en nuestro
concepto de "honesta vieja
política", no caben los "saltos
con red" que algunas y algunos practican, aunque quieran convencernos adornándolos con guirnaldas de nueva política
desde los nuevos púlpitos.
En Zaragoza y en Aragón, van a tener que
ofrecer algo más consistente y creíble, creo...
Antonio
Angulo Borque