Hoy
nos han dicho que más del 75% de los aragoneses menores de 30 años tienen que
seguir viviendo con sus padres, sin poderse emancipar, por no tener trabajo,
tenerlo en condiciones precarias y/o no tener un acceso a la vivienda en
condiciones de seguridad, según un informe del Observatorio de Emancipación del Consejo de la Juventud de
España.
Según
este mismo informe, el 53% de los jóvenes aragoneses menores de 25 años están
desempleados. Un 40% de los jóvenes aragoneses ocupados —de ese 47% que tienen
trabajo— entre los 16 y los 29 años llevan menos de un año trabajando en la
empresa donde ahora están. Si solo analizamos los jóvenes entre los 16 y los 25
años, es el 60% lo que llevan menos de un año trabajando en la misma empresa.
Es decir, solo un 28% de los jóvenes aragoneses menores de 25 años llevan más
de un año en la empresa donde trabajan. ¿Es posible con estas cifran pensar en
emanciparse?
Si además se nos dice que el 49,6% de
los jóvenes aragoneses menores de 30 años que trabajan tienen un contrato laboral temporal, y un
28,7% tienen un contrato a tiempo parcial. Cuentan como personas trabajando
pero en unas condiciones imposibles para poder emanciparse.
En este informe se indica también que
entre los que trabajan, más del 60% desarrollan trabajos sobrecualificados. Han
estudiado mucho más de lo que sirve para su puesto de trabajo. Si quisiera
emanciparse se encontraría con su sueldo muy bajo y unas viviendas todavía con
el precio muy alto, pues tendrían que dedicar de media un 52% de su salaria a
pagar la hipoteca, siempre de un piso como máximo de 48 metros cuadrados. Si
partimos de un sueldo de 650 a 800 euros netos, le quedarían para vivir entre
310 y 384 euros al mes, para todos sus gastos ajenos a la hipoteca.
También
se nos indica que en este periodo de 6 años de crisis, se han tenido que ir de
Aragón algo más de 16.000 jóvenes aragoneses. Datos todos que indican
claramente que Aragón ha empeorado mucho más que la media española, y que sin
duda si esta crisis está remitiendo como dicen algunos, en Aragón no lo está y
cada vez nos vamos alejando más y más de las cifras que sirvan para creer que Aragón
tiene futuro.