21.12.14

Gran historia del Justicia de Aragón

Empiezo lo que espero sea una serie de artículos, hablando del Justicia de Aragón, una figura específica de nuestro pequeño país Aragón. No es el 20 de diciembre mal día para hablar de esta figura, como veremos.

En ocasiones, desde la tiniebla de la ignorancia o a la luz del ansia centralista, se clama por su desaparición, entendiendo que es una figura poco menos que decorativa y sin sentido, existiendo un “Defensor del Pueblo”. No me detendré en cuestiones jurídicas suficientes por sí mismas para justificar su existencia, pues ambas figuras tienen competencias diferentes, sino en razones históricas.

El Justicia de Aragón fue en origen un “juez medio” entre el rey y el reino, o entre los nobles entre sí y nada tiene que ver con la Constitución o con la idea de que es una especie de “defensor del pueblo de provincias”, como a veces se afirma. En Aragón es una institución que surge en el siglo XII. El primer Justicia de Aragón fue Pedro Jiménez, en 1115. Fue, desde 1283, quien asumió la Presidencia de las Cortes y fue adquiriendo papeles de garante del derecho foral, lo que consta en las Cortes de 1300.

Posteriormente en 1348 es el intérprete de ese derecho y debía ser consultado en caso de duda. Otra función era la de “manifestación”, es decir, el amparo frente a jueces parciales para lo que tiene una cárcel especial de protegidos o manifestados.

Con los Austrias (s.XVI), cuando el Rey ya no sólo es de la Corona de Aragón, sino de un Imperio casi universal, el Justicia va asumiendo el papel de institución representativa del Reino, por eso Juan de Lanuza, asume las funciones de defensa de los fueros y libertades de Aragón frente a Felipe I de Aragón (II) del Imperio.

El Justicia protegía a quienes se "manifestaban", es decir pedían protección al ser detenidas y tratadas en modo contrario a los fueros. Esta peculiaridad, previa a la Ilustración, solo es comparable al "habeas corpus" de la carta magna inglesa.

Hubo una revuelta popular y fuerista para que el exsecretario de Felipe II, Antonio Pérez, acusado de asesinato, fuese devuelto a la cárcel de la Manifestación, de la que había sido trasladado por orden real a la de la Inquisición. Felipe I entró con tropas en Aragón y Juan de Lanuza se colocó al frente de la resistencia para detener esta invasión, cuya acción declaró “contrafuero”, fue vencido y decapitado sin proceso previo un 20 de diciembre de 1591. Por eso ese día es el Día de los Derechos y Libertades de Aragón. Por eso, desde 1935 los aragonesistas depositan flores en su memoria a los pies del monumento erigido en la Plaza de Aragón de Zaragoza.

Es una figura que suscitó admiración en toda Europa para los pensadores políticos franceses del XVI y para los revolucionarios británicos del XVII.

La jurisdicción del Justicia, independiente del soberano, en plena Edad Media y Moderna, por el que nadie podía ser detenido ni torturado si el Justicia garantizaba la comparecencia en juicio y acatamiento de la sentencia es una figura única en esa época.

La institución desapareció con el primer Borbón, Felipe IV (V de Castilla) en 1707, pero siguió viva en el imaginario colectivo de Aragón.

En 1904 se erige el monumento al Justiciazgo en la Plaza de Aragón por suscripción popular..

Los restos de Juan de Lanuza fueron trasladados en 1914 de la Diputación a San Cayetano, donde descansan en una gran manifestación popular y también en esa época se erige el monumento.

La institución se recuperó en el último tercio del siglo XX y el actual es el sexagésimo noveno Justicia de Aragón.

Por todo ello es una institución que está siempre en el punto de mira de los centralistas. Quizá, lo que sobra en Aragón son las competencias del Defensor del Pueblo, figura muy posterior y ajena a los aragoneses, competencias que perfectamente podría asumir el Justicia de Aragón. Nada que no ocurra en la República Federal Alemana, donde no existe un Defensor del Pueblo Federal, sino uno por cada Estado Federado, modelo adecuado para los territorios de la Corona de Aragón.

                                           Jorge Marqueta Escuer