Ayer, en el homenaje que cada año se realiza
en recuerdo al Justicia de Aragón por el aniversario de la ejecución de Juan
Lanuza, se habló otra vez de la necesaria renovación del cargo, que desde hace
16 años lleva ostentando el actual Justicia de Aragón Fernando García Vicente.
Curiosamente estaban representantes del
PP, PAR, CHA e IU, pero no acudió ningún representante del PSOE, sin que yo
conozca los motivos de esta notable ausencia.
El actual Justicia de Aragón lo ha hecho
muy bien, pero es necesario renovar tras tanto tiempo su figura, para que entre
una persona con nuevos bríos que continúe la labor imprescindible para el
engranaje político de Aragón. Pero como apuntaban ayer todos los grupos
políticos, debe ser una persona de consenso, y no una persona impuesta por
mayorías, y aquí puede residir parte del problema.
Existen en Aragón personas con gran capacidad de
representación y consenso, de reconocido prestigio, casi neutrales en lo político (es imposible ser totalmente neutral si estás implicado con tu territorio y sociedad),
que podrían tomar el testigo de tan prestigiosa institución. Pero estamos
seguros que en sus dilatados caminos sociales y vitales habrán dejado alguna
herida, como es lógico en toda persona comprometida con sus sociedades. Sean
desde posiciones conservadoras, progresistas o neutras. Por ello hay que
recurrir a la generosidad de todas las partes y a la responsabilidad para saber
encontrar una persona que pueda dotar de continuidad a su gran labor. No
necesitamos un Justicia de Aragón para pocos meses. Y excelentes candidatos
existen, sin duda, y están en boca de todos los ayer presentes aunque se los
callen todos ellos. Así que la dilatación en el tiempo no parece lo más sensato.