Hay una parte de la izquierda antigua en España, que sigue creyéndose que Podemos y sus marcas afines han venido para irse hundiendo a poco que suene el aire del Moncayo. Error. Y parte de esa misma izquierda antigua cree que puede volver a gobernar España, Aragón o Zaragoza, desde algo similar a la izquierda, sin contar antes con Podemos. Error.
Si la izquierda española, aragonesa y/o zaragozana, desea gobernar para la sociedad que decimos representar, debemos admitir toda ella —lo voy a repetir— “toda ella”, que debe trabajar junto a Podemos y sus marcas afines. No hay otra posibilidad matemática, social, lógica, de sentido común. “Tonto el último”.
Es decir, negar eso es tanto como estar entregándole el gobierno de España, Aragón y Zaragoza a la derecha y sus derechas. ¿Sabemos hacer cuentas? ¿creemos acaso que la sociedad española, aragonesa y zaragozana es tan tonta como para votar Podemos un día o un año, y volver a creer que ya no existe Podemos?
Partiendo de este axioma, salirse de él más bien, es un error de libro, y además es votar a la derecha metiendo la papeleta en la urna izquierda.
Las sumas y las divisiones producen unos resultados claros. Y unos restos inútiles más claros todavía. En España, Aragón y/o Zaragoza se pueden presentar a las elecciones de cuando quiera Rajoy: el PSOE, CHA, IU, Podemos, Equo, ZeC y alguna “cosa” escondida más, todos de izquierdas y con ganicas de tener nuestra propia parcela de gestión y poder. ¿Y…?
Los que peor lo tienen son los minoritarios. Es decir CHA e IU. Podemos (del verbo poder) callarnos y hacer como que no lo vemos. O podemos también empezar a trabajar en esto, pues dos años no son nada, aunque nos suene a un largo camino. Ni IU está a gusto dentro de Podemos, ni Podemos quiere a todo lo que representa IU, ¿Y…? Ni CHA y sus afiliados quieren ir con/contra Podemos ni con/contra el PSOE ¿Y…?
La tierra de nadie, es de nadie, pero normalmente es tan poca y tan pobre, que no hay ni lagartijas.
Así que quien empiece a trabajar más tarde en las confluencias reales de la izquierda en España, Aragón y Zaragoza, peor lo tendrá para disponer de un alfil o un caballo. Si acaso un peón y de los de torre, de los que sólo se pueden mover hacia un lado.
No hablo de fusiones, de absorciones. No, en absoluto. Hablo de trabajar juntos. Es que en esta puñetera izquierda española, aragonesa y zaragozana, nos creemos que tan siquiera es posible o la divergencia o la fusión…, o la discrepancia entre enemigos o la absorción. Se nos olvida que hasta los empresarios que más pelean por los mismos clientes, también tienen sindicatos que les defienden en sus intereses de grupo.
Julio Puente