Alimentos singulares de Aragón: Cervezas artesanas
de Huesca con adición de ¿lúpulo de Barbastro - Daroca?
Hace ya un tiempo que me pedía
el cuerpo ahondar en este nuevo factor que propicia el retorno de urbanitas al
medio rural: la elaboración de cerveza artesana utilizando la buena agua de
nuestras comarcas. Allá donde esté.
Allí se está produciendo un
yacimiento de empleo, que traerá también la primera ginebra de chinebro
montañesa, si todos apoyamos estas iniciativas. Además de que reivindican por
su uso la calidad de nuestro cereal, rico en proteína, para esta nueva
industria. Y, quitando Ámbar que se maltea su ordio, la necesidad de crear en
cooperativas hornos de malteado para que nuestros cerveceros no lo tengan que
comprar en Europa.
Otra interesante iniciativa es
la elaboración por primera vez de flor de lúpulo en Aragón, concretamente en
Daroca. De la que se elabora la enorme cerveza turolense “Mijares”, de la que también
hablar.
Hummus lupulus
en Barbastro. Necesario para la aromatización de la cerveza, los pocos
ejemplares silvestres aragoneses se encuentran en la confluencia de los ríos
Vero-Cinca. Es una planta-flor de bosque de ribera que requiere poco sol y
mucha humedad. Por ello es más abundante en Alemania-Chequia-Alsacia.
Tampoco la Zaragozana que compra
el ordio en Sádaba está quedándose atrás, con cervezas de centeno, picantes…
Pero “nuestra” principal o no cervecera, en proceso de globalización con más
sombras que luces, no va a ser el objeto de nuestra entrada. Puesto que sus
instalaciones están en la Cartuja Baja.
En mi provincia, destaco y me
gustan tres proyectos. Hora será de hablar de los de Teruel más adelante.
Me gusta mucho por imagen
“República Monegría” de Tardienta. Es poética como los camellos implantados en
el aeródromo. Sacia la sed en el desierto. Es un buen contrapunto al vino
balsámico de Lanaja.
Por motivos obvios de vecindad
pero también porque me gusta mucho, suelo trasegar mucha “Pirineos Beer”,
excelente cerveza chesa con agua de Oza. Utiliza como la anterior ordio del
país. Tomarse una en el Subordán de Echo entre amigos es el no va más de la
felicidad…
Por último, arrasando en cuantos
certámenes se presenta, la impagable cerveza de Sobrarbe. La cerveza
“Rondadora” de cuatro maltas y también lúpulos es una experiencia organoléptica
que resiste su consumo incluso con paté y chiretas. Tiene un cuerpo fascinante
para combinarla con longaniza artesana pues no la echa a perder el ajo, como sí
al vino bueno. Para ensaladas con cuerpo, me refiero bien de proteínas plato
único y vinagre balsámico, esta cerveza, como las anteriores, destaca
sobremanera.
MARIDAJE.
Para trasegar estas cervezas,
las tres entre cuatro, las combinaremos con un plato de pasta integral de
Ecolécera con una base de chutney de cebolla de Fuentes, algo de azafrán del
Jiloca, almendra marcona de Alcañiz, melocotón de Calanda y cerezas de
Mequinenza o Ricla… Asombroso… En el que rallar un poco de queso Tronchón y
Patamulo y acompañarlo con una panceta hecha a fuego lento de Teruel.
De entrante, una selección de
banderillas de la fábrica de Albalate del Arzobispo. Salud.
02/03/17 Luis Iribarren