6.3.17

Aragonesxs: Yasunari Kawabata

Recuerdo una visita que realicé in illo tempore a Ramón Tejedor de una manera muy vívida. El motivo, seducirle por interés general aragonés y como consejero-montañero practicante de la importancia de recabar turismo japonés de montaña a Aragón.

Para aprovechar la Expo 2008 y tejer esas redes, ese servicio público para que otros que pueden, metan energía y desarrollen tus sueños. Lo que tan bien hace Marqueta sin pretenderlo

Era un intento mío y de más gente, debido a las magníficas relaciones que la Asociación Aragón Japón tenía con la Embajada, de que la trinidad Goya, Pirineos, Mudéjar fuera puesta por Prames en forma de guía temática para el turismo japonés que vuelve a España. La primera vez en viaje atropellado. La segunda, como en mi caso con Japón, en un viaje reposado, interior, hacia nuestra tradición y gastronomía… Que les entusiasma…


Kawabata, primer Premio Nóbel  japonés. Magnífico y contenido escritor, tan opuesto a su discípulo más conocido, el más conocido, sensiblero y futurista Mishima. No superó su muerte, le costó la suya. Describió el paso del tiempo de los pequeños municipios de montaña de Aragón, sin saberlo. Y como Tolstoi.

Se empezaban a organizar viajes desde agencias tokiotas en torno a la Semana Santa de Zaragoza y el Bajo Aragón. Estábamos perdiendo esa oportunidad y ese tren.

En ese viaje, Ramón Tejedor me dio una lección de socialismo aragonesista que me infundió una relativa esperanza respecto de algunos gestores del PSOE. Luego dirigió la televisión pública y me la difuminó. Pero fue una entrevista muy agradable, en que me regaló sus paseos como montañero-senderista por el mundo. Que releo mucho y guardo como oro en paño.

No quiero poner en esta entrada al Midi d’Ossau. Aunque me entusiasma. Esta es la segunda montaña para mí más bella del Pirineo, Anayet. La tercera es Anie y la Mesa de los Tres Reyes desde Lascún.

Y la fluida conversación giró 180 grados, no es lo de menos tener esa capacidad, hacia Kawabata y “Yuki Guni”. País de nieve significa.

Me dijo que era el libro que siempre regalaba tras su edición española impresa, que era reciente. Yo lo intentaba leer en japonés en ese mismo momento, cada página me costaba 20 días.

Y que le parecía una obra con un enorme parentesco con nuestro paisaje, pero también con una descripción de tipos próxima a nuestro paisanaje. Y de obligatoria lectura para todo aragonés.

Yo le expuse que a mí Yukiguni me recuerda al Midi d’Ossau. Cuando hago sin querer esas relaciones, bueno. También con gente, me pasa por ejemplo con Pau Donés, al que veo perfectamente de cerca.

Y que sentía lo mismo, yo y sigo, cada vez que leía y releo cada año “Hadji Murat” de Tolstoi. Monumento de respeto hacia los demás, admirando Tolstoi a un caudillo checheno musulmán simbolizado por la resistencia del cardo, ya lo hemos mencionado alguna vez. Esta novela, de lectura obligatoria para todas las personas que amáis de corazón el pirineo, pero también el Sistema Ibérico.
País de Nieve y toda la obra de Kawabata respira un sentido y profundidad que los que conocemos la obra de Severino Pallaruelo ya habíamos advertido antes. Como en la poesía de Miguel y José Antonio Labordeta.

 Japón tiene las cuatro estaciones muy marcadas, incluso una quinta estación, como el grupo. El verdadero verano, tras el monzón tropical. En la cara norte de los Alpes japoneses, mirando a Vladivostok, se alcanzan espesores de 4 metros de nieve en invierno y se para la vida.

Nostálgico empedernido de los valores tradicionales del Japón pre apertura a occidente o, más bien, cirujano de las contradicciones que una asunción tan rápida de la occidentalización seguía costando a Japón –escrita en tiempos de la ocupación por los americanos de McArthur-, el dolor causado por el hundimiento de las referencias sintoístas y su sustitución por un mercado desalmado, es un tema que sigue estando vigente. En Japón, en la Canadá vecina a Putin y Trump, en el estado de Israel practicante en ocasiones de la misma medicina recibida…

Japón hace un esfuerzo enorme por mantener sus vías férreas en invierno en Yukiguni entre 4 metros de nieve, y dar acceso a Kanazawa-Niigata-Nagano. Experiencia a aprovechar para reabrir el Canfranc.

Esa transición dolorosa, enmarcada por personajes de corte urbano que pasan a estar regidos por una vida rural monótona y, parece en un primer momento, estancada. Que se desarrolla en un país asolado por las nevadas, región de Nagano. Donde hay que tratar, trocar y convivir por necesidad… No por gusto, cuando podemos elegir, sale que no lo hacemos. Digamos lo que digamos.

Es una bellísima novela respecto de la que nada más habría que decir, sólo invitaros a leerla.

Y hacer un seguimiento de los programas de vaciamiento inteligentes que las regiones rurales japonesas están liderando. El Tokyo de 35 millones de habitantes ya es demasiado ineficiente incluso para el sector cuaternario.

07/03/17 Luis Iribarren.