Hoy José Luis Trasobares en El Periódico de Aragón ha escrito que la ciudad de Zaragoza no tiene modelo, no lo ha tenido desde hace muchos años. Y tiene toda la razón. No tenemos modelo, no tenemos sentido de gran ciudad, no sabemos qué hacer, excepto ponernos la zancadilla, y lo que es peor…: no queremos hacer nada por la ciudad de Zaragoza. Nos viene grande, somos unos incapaces para hablar de lo más sencillo, y nuestra forma de ser —de la izquierda— es esperar a que “el otro” haga algo para tomar dos decisiones. Si es muy bueno lo que proponen robárselo y apropiarlo como “propio”, y si es regular o con dudas, tirarnos al cuello a morderles para que salga la sangre. No hay término medio.
Como yo SÍ pertenezco al grupo de trabajo político del Ayuntamiento de Zaragoza, puedo decir lo que digo sin ponerme rojo, pues ya vengo rojo de casa.
Ayer hablaba de política con una persona importante en el organigrama del Ayuntamiento de Zaragoza. Sus explicaciones a mis dudas me sembraron más todavía de temores, de miedos, de ascos. Algunos concejales ya ni se quieren sentar junto a otros concejales de parecida ideología. Como en los colegios de preescolar.
— No te ajunto, ¡ala!
¿Alguien se está dando cuenta de que tras Zaragoza hay 700.000 zaragozanos, hay una labor que se debe hacer bien, pues para eso cobran un sueldo? Yo vengo de la empresa privada, y sin duda en ella no admitiríamos ni la décima parte de las boberías que se admiten en algunos puestos de responsabilidad política en España. Y lo digo desde la izquierda y para la izquierda. ¿A qué jugamos pues? ¿Esto es ser de izquierdas? ¿Tenemos bebos de decirle a la gente de la calle nuestras incapacidades y nuestra “fermosa” labor zancadilleadora para joder al vecino de ideología?
El animal herido. Obra de Mathias Goeritz |
Estoy deseando que haya terceras elecciones al Congreso, y a ser posible que hubiera elecciones municipales en Zaragoza a la vez. Estaría encantado con que el Partido Popular ganara no ya por mayoría absoluta, sino por 300 Diputados de 350. En la izquierda necesitamos que nos den una patada en los “sentidos” para ver si espabilamos. Y tan solo con una gran patada podríamos despertarnos. La pobre gente del Partido Popular se están emborrachando de éxito todos los días, simplemente mirándonos por el agujerito de la risa.
Ayer ya señalaba estos problemas, Zaragoza es una ciudad que se merece trabajar por ella desde el acuerdo, desde las ideas, desde el diálogo constante. Tenemos mimbres, pero los estamos dejando secar. Tenemos ideas, pero nos las tiramos a la cabeza. A veces vamos a tener que ponernos chulos y duros contra algunas instituciones de dentro o de fuera, pero si estamos troceados se nos van a reir. Para resultar creíbles, lo primero es parecer creíbles entre todos nosotros.
Julio Puente Mateo