En el Ayuntamiento de Zaragoza parece imposible avanzar en la concordia y el entendimiento de la izquierda, pues nadie quiere ceder ni un ápice en sus posturas, nadie quiere modificar sus hábitos de no hacer nada.
Pero lo curioso es que no se hace nada, desde distintas ópticas. Hemos dejado claro que hay varias formas de “no hacer nada” y creo que deberíamos exportarlas. Unos no hacen nada porque no quieren. Otros no hacen nada para joder al que a lo mejor quiere hacer algo. Y otros no podemos hacer (casi) nada pues nuestra fuerza es la que nos dieron los ciudadanos.
Ha pasado más de un año de la toma de posesión real del poder municipal de Zaragoza de ZeC, sin ninguna luz y muchas sombras. Con un equipo de personas que ha demostrado estar compuesto de grandes aciertos y enormes debilidades. Poco conjuntado y sin cintura política para saber moverse entre las críticas. Incapaz como equipo de compartir, pero pidiendo ayuda desde fuera y casi nunca desde dentro. Y estamos hablando de una gran ciudad y por ello de una inmensa necesidad de acción.
Me preocupa tremendamente la incapacidad para diseñar grandes proyectos. Se me dirá raudo que no hay dinero, como si todo tuviera que depender del dinero, más cuando los que gobiernan son la izquierda. ¿Donde ha quedado el mundo de las ideas? No reclamo actuaciones urbanísticas sino proyectos sobre papel, ideas de la Zaragoza del futuro, ideas urbanas modernas aunque sean copiadas de otras ciudades modernas que las hay y se dejan copiar. Un modelo de ciudad propia de la izquierda zaragozana para la personalidad propia de una ciudad única.
Admito que no tengamos dinero para asfaltar o para pequeñas obras de mantenimiento. ¿Pero tampoco tenemos madera para hablar de la Zaragoza que necesitan los zaragozanos? ¿Para marcar pautas de comportamiento urbano que sean adaptadas hacia el siglo XXI? ¿Para explicar qué Zaragoza queremos tener en el año 2050?
Está Ebrópolis (Asociación para el Desarrollo Estratégico de Zaragoza y su Área de Influencia) que debe ponerse a trabajar muy en serio impulsada por el propio Ayuntamiento. Tiene más de 20 años de vida, está adormilada, y Zaragoza la necesita. El Ayuntamiento de Zaragoza debería exigir más ideas a Ebrópolis, y si no es la herramienta correcta, inventarse otra.
Pero la sensación de oscuridad sobre Zaragoza no debe ser la constante, más cuando el dinero no puede engañarnos con obras que no sirven para nada. Muchas veces los cambios importantes en el urbanismo, son simples decisiones tácticas que no requieren una gran inversión económica, aunque sí una gran inversión en pedagogía social y en ideas diferentes. ¿Hacia qué Zaragoza queremos caminar? La imagen nos muestra una maraña de cañas de bambú que sin ir a ningún sitio lograr marear al espectador. Ocupan espacio, son incluso bellas, como es Arte no le pedimos que sean útiles. Pero si fueran gestores, les exigiriamos que nos alumbraran.