Hemos tenido una sesión de investidura en el Congreso de los Diputados, donde Aragón ha demostrado no existir. Así lo hemos querido los propios aragoneses. Se ha hablado de Galicia, de Cataluña, de Valencia, de Canarias, del País Vasco, de…, pero de Aragón no, nada. Y además en los acuerdos entre las opciones para lograr sumar diputados, tampoco figura Aragón. No se nombra el Canfranc, no se cita Aragón como un gran territorio en España. Aragón no existe para Madrid, pero tampoco para los Diputados aragoneses que están en Madrid, los que hemos elegido entre todxs nosotrxs.
Somos responsables todxs nosotrxs de esto, que no se nos olvide. Todxs. Es lo que hemos decidido, que no se hable de Aragón en Madrid. Y así lo llevamos decidiendo hace décadas. Es sin duda una decisión libre, creo que responsable, pues yo sí que creo que los aragoneses son responsables, pero es una decisión negativa. Aragón así, cada año será menos. Es decir, los aragoneses seremos menos. Menos en número, menos capaces, menos en calidad social, menos como habitantes de un inmenso espacio vacío. Pero es lo que libremente hemos decidido.
Aragón se cuida solo. Lo cuidan gentes que no se sienten aragoneses, y que desde Madrid nos limpian el polvo para que no seamos un agujero entre otros territorios que sí se cuidan. Pero además nos reímos de esto que digo. Sí, seamos sinceros, en Aragón todo esto nos importa un pito, pues si no fuera así lo evitaríamos. El cansancio de los pocos aragoneses que creemos que nos merecemos otra cosa es evidente. Cansancio mental, cansancio y sobre todo decisión de elegir otras opciones de trabajo. Ninguna sociedad nunca, se ha movido sin un líder que sepa mover entrañas, que desde la credibilidad logre levantar pasiones. La clásica disyuntiva entre si es más importante tener líderes o tener sociedades activas. Es terreno cansado, hastío, triste. A los que vivimos hoy en Aragón desde la edad trabajada, esto nos afectará poco. A los que ahora son jóvenes, mucho.