Una vez más Zaragoza salió a la calle un martes a gritar contra el maltrato, un martes más le pusimos voz a las que no tienen voz. En Zaragoza estamos viviendo unos meses negros con 4 mujeres asesinadas desde diciembre. Los recortes, malditos recortes, se traducen en menos medidas de protección y por lo tanto más maltrato.
Ya tenemos en marcha el nuevo protocolo para la valoración policial del nivel de riesgo de violencia y de gestión de la seguridad de las víctimas de violencia machista. Esperábamos con impaciencia estos nuevos test, ya que desde 2007 el entorno ha cambiado mucho: las nuevas tecnologías están teniendo impacto en el control y el ataque a las mujeres, por lo cual era imprescindible esos cambios para que los resultados de los niveles de riesgo y de protección fueran más realistas.
El día que presentaban el nuevo "VioGen", el Ministerio del Interior hizo una serie de “recomendaciones” que supusieron un importante grado de perplejidad dentro de los colectivos feministas que habitualmente trabajamos en la erradicación de la violencia machista. Una vez más vemos como recae fundamentalmente sobre las mujeres su propia protección, recomendaciones como la de tener una "habitación del pánico" en casa o tener pactado con los niños o los vecinos determinadas señas son, a nuestro juicio, una clara muestra de que no han entendido nada.
Las Cortes de Aragón por iniciativa de Carmen Martínez, diputada de CHA, han aprobado la creación de una Comisión Especial de Estudio sobre las violencias machistas, el objetivo es poder hablar con todo tipo de personas especialistas en esta cuestión así como con la parte de la sociedad civil que cada día lucha contra esta lacra, la violencia machista. Desde luego el Ministerio no ha hecho nada parecido ni similar.
Es más, creemos que para esas “recomendaciones” no ha pedido asesoramiento ni opinión a las asociaciones. Lo malo es que esto roza, si no es que lo supera, el maltrato institucional, si la responsabilidad no es de las fuerzas de seguridad del Estado y mucho menos del agresor, para el que no hay ni una sola línea en este nuevo protocolo, está claro que las culpables del maltrato son las mujeres.
Culpables por no tener una "habitación del pánico", por no tener un código establecido con la vecindad para avisar de que la están maltratando, por no haber puesto denuncia….por estar hasta divorciándose. Y es que esa fue la respuesta que le dieron en comisaria a la mujer e hija del último episodio sangriento de violencia de género en Zaragoza, este mismo mes de agosto, cuando ellas decidieron que ya estaba bien, que tenían hasta las amenazas grabadas en el móvil.
Hablamos en muchas ocasiones de que la solución al maltrato empieza por la educación, pero no hablamos solo de la escuela, hablamos de toda la sociedad. No se puede avanzar en la lucha contra esta lacra mientras no tengamos un mayor grado de sensibilización desde todos los ámbitos. Discutir y amenazar no es “normal”, no puede serlo, en un proceso de divorcio. Nos debería parecer mal aunque te lo diga un vecino en el ascensor de tu casa, por lo tanto es una respuesta inadmisible por parte de la policía.
Somos plenamente conscientes de que tanto Policía como Guardia civil tienen equipos muy bien preparados en los casos de maltrato, por lo tanto:
No es entendible por qué no se derivó a estas mujeres al equipo especialista en mujeres víctimas de violencia de la Policía Nacional.
No son comprensibles los motivos por los que no se pusieron en marcha los protocolos ya marcados y por qué no se le hizo el "test VioGen" para saber qué grado de protección requería.
Hay que comprender el largo y duro el camino que hay que recorrer por parte de las víctimas hasta llegar a la puerta de una comisaria o a la puerta de un juzgado. Es imprescindible que las personas que prestan servicio en este tipo de dependencias tengan una formación mínima en cómo atender los casos de violencia machista y un alto grado de sensibilización. En este caso ambas cuestiones fallaron.
Es fundamental generar una repulsa social tajante contra los maltratadores, el maltrato la lacra social que significa solo terminará cuando no haya maltratadores. En algún momento el foco tendrán que ser ellos, porque ellos son los culpables; los maltratadores.
Josefina Musulén